Argentina ya está en la Copa del Mundo. Se clasificó a la 8va edición del Mundial femenino de fútbol que se disputará el año que viene en Francia. Florencia Bonsegundo marcó ese 1-1 que no dejó lugar para las dudas. Natalia Mills había puesto el 1-0 para Panamá.
El partido de ida, ese 4-0 en la cancha de Arsenal, fue el primer paso, el decisivo de esta serie. Pero no sólo eso: también había sido un mensaje. El fútbol de las mujeres también es capaz de llenar estadios, de agradar, de ser televisado. Se gritan sus goles. El asombro acontece. Queda una impresión al final del recorrido: el fútbol femenino no es femenino. Es fútbol. De una.
De algún modo o de todos, esta clasificación y esta intensidad mucho se parece a un homenaje a aquel equipo de 1971 que alguna vez jugó el Mundial. Magia. Que se repite. Que se hace búsqueda. Que encanta. Ahora rumbo al Mundial.
El equipo femenino disputó por última vez un Mundial en China 2007, y se perdió las citas de Alemania 2011 y Canadá 2015.