En Argentina hace unos años explotó una nueva tendencia que llegó para quedarse. Los ‘Barber Shop’, o simplemente las barberías, se ven cada vez más en los distintos barrios de Capital Federal. Dentro de ellas, se distinguen dos grandes grupos: Old School y New School. La primera de estas se basa en lo antiguo, en lo clásico, pero con el toque de amistad entre el barbero y el cliente. La segunda mencionada está ligada a lo tradicional de llegar, cortarse el pelo e irse. También las diferencian los estilos, siendo la Nueva Escuela la única que realiza diseños en el cabello (líneas, dibujos, etc.)
Las barberías que entran en la categoría de New School son más bien extranjeras y sobre todo de Centroamérica. Dominicanos y puertorriqueños son los pioneros de este estilo de corte de cabello y se le sumaron hace un tiempo los oriundos de Venezuela y Colombia. Los argentinos forman parte de esto, aunque se inclinan más hacia la Vieja Escuela.
Una firma de un dueño de nuestro país que se instaló es House Of Cut. La barbería cuenta con tres sucursales actualmente, la primera que abrió fue en Villa Crespo, la segunda en Boedo y la última, recientemente inaugurada, en la zona comercial del corazón de Caballito.
Maximiliano Kovach es el creador de esta marca y lo hizo todo a pulmón. “La idea la tuve hace cinco años cuando fui a Brasil y me encontré con una. No sabía lo que era, acá no estaba”, cuenta mientras recuerda esa visita. A Maxi desde chico le gustó cortar el pelo y lo hacía con sus compañeros, a quienes “lookeaba con una simple tijera corta uñas”.
Lejos de conformarse con cortarle solamente a sus amigos, decidió tener su local propio e iniciar el camino de HOC. “Empecé como empieza todo, en mi casa con un espejo, un sillón y un escritorio”, curiosamente, ese escritorio era sobre el que estábamos charlando, el cual tiene su historia. Al tiempo, salió la oportunidad de abrir un local en la cuadra de su departamento: “Comenzó tranquilo y después explotó, a medida que crecía el negocio le iba agregando cosas a la sucursal”, explica.
House Of Cut cuenta con el mismo estilo y la misma línea en los tres establecimientos: profesionales jóvenes dispuestos a brindar un buen servicio, un lugar con energía positiva y distintas opciones de entretenimiento mientras espera su turno, ya sea una mesa de pool, de ping pong y juegos de play station o arcade. A su vez, mientras se espera por tener el corte deseado, los clientes pueden disfrutar de un café, una gaseosa o una cerveza totalmente gratis.
La decoración de las sucursales merece su párrafo aparte. Cuadros de momentos en el lugar, botellas de whisky, antigüedades, retratos de personajes destacados del mundo, sillones antiguos, espejos con decorados especiales. Todo conforma un ambiente de los años 40 o 50 que relaja la cabeza y la vista lo disfruta.
Maxilimiano, de 26 años, confiesa que el secreto en el éxito de su marca fue crear algo que no tuviera estructura. “Quiero que la gente se sienta cómoda, que se teletransporten a otro lugar. Aunque sea por un rato que se aíslen de la contextura del país y del ritmo de vida para disfrutar la experiencia”, remarca.
Ya con una mirada personal, mientras peina su larga y peculiar barba, enfrenta a aquellos que piensan que es una moda en lugar de una cultura: “Esto llegó para quedarse, no es una moda. Hay personas que lo hacen por moda y otras por placer. Y a los que piensan que esto no es una cultura, los invito a vivir el servicio que ofrecemos que va a cambiar de opinión”.
Con respecto a la mezcla del estilo de la Old School en el Siglo XXI, confesó: “Me costó adaptarme a mí, me tuve que asesorar con varias personas para lograr esta mezcla de vieja escuela y cortes tradicionales en esta época. Los locales están llenos de antigüedades que la mayoría son regalos de los clientes”, y sobre la edad de ellos agrega: “Varía mucho, desde un nene de 5 años hasta un hombre de 70. Las personas grandes se emocionan a veces porque les recuerda mucho a su pasado, y es la idea”.
Algunos de los barberos de House Of Cut con el toque retro que los caracteriza
HOC no es solo obtener un corte de pelo y la barba deseada, sino formar una amistad con quien realiza su trabajo, con el dueño, que lejos de ponerse en ese rol es un barbero más, y formar hasta una cierta empatía con el lugar. Sin duda lograron la combinación perfecta entre servicio dedicado y entorno agradable, que dan ganas de volver.
La cultura de las barberías se instaló en el país y no tiene interés alguno por marcharse. Cada vez más son los jóvenes emprendedores que persiguen su sueño y el caso de Maximiliano es un claro ejemplo de ello.
Agustín Mazzolini
2° «B» T.N.
*Todas las imagenes fueron tomadas de los respectivos Instagram de los barberos y la página oficial de House Of Cut. @houseofcutmen – @barberomaxi.arg – @kevin.thebarber – @barbero.thomas – @thonybarber_