La gran cantidad de alumnos que no logra terminar el secundario, tanto en escuelas públicas como en privadas, es alarmante, no solo por el hecho de que en el año 2009 la cantidad de alumnos que ingresaron a las escuelas estatales fue de 612 mil y el número de egresados fue tan solo de 195 mil, equivalente al 32% de la cifra inicial, sino también por la dificultad que esto conlleva a la hora de conseguir trabajo fijo y bien remunerado.
En los colegios privados, en cambio, ocurre lo contrario, ya que de 193 mil ingresos 120 mil pudieron recibirse cinco años más tarde, lo que equivale a un 62% de los alumnos, lo que demuestra la gran desigualdad a nivel educativo y de enseñanza de estos dos ámbitos escolares.
“No se trata solo del hecho de que muy pocos chicos logren finalizar el secundario, sino también la poca calidad educativa que se les brinda tanto en el ámbito privado como en lo público, lo que hace que a pesar de que otros pocos alumnos logren finalizar esta etapa les sea muy difícil salir al mundo laboral porque en muchos casos no lograron adquirir los conocimientos básicos de las principales materias», afirmó Marcelo Rodríguez, docente del nivel secundario en el Colegio Nuestra Señora de Luján.
Desde que se aprobó la ley de educación nacional en el año 2006, que provocó que 476 mil alumnos ingresaran al sistema educativo, un estudio del centro educativo de argentina intentó determinar si la obligatoriedad y el aumento de la matrícula que subió un 14% provocaban una mayor igualdad educativa en nuestro país. La respuesta fue negativa, tomando en cuenta los porcentajes mencionados en el primer párrafo.
En el año 2015, Argentina quedó fuera del informe PISA, la mayor prueba de calidad educativa a nivel mundial, ya que “no se logró cubrir la población objetivo, debido a la potencial omisión del marco muestra”. Argentina pasó de estar en el puesto 37 en el año 2000 en el primer PISA a ubicarse en el puesto 59 en el año 2012.
Germán Randazzo