El músico volvió a presentarse en Buenos Aires ante un teatro repleto. Sus clásicos y sus éxitos más recientes se combinaron en una noche a puro sentimiento.
El amor comienza. El amor trasciende. El amor triunfa. Estas frases podrían ser dignos extractos de las poesías románticas de Pablo Neruda o de Jorge Luis Borges, pero no. Son obra de Axel, que así tituló a las tres etapas en las cuales dividió a su show en el teatro Gran Rex, donde inició su gira Volver a Ser.
El cantante oriundo de Rafael Calzada no le dio porque sí ese nombre al tour, sino que fundamentalmente se debió a dos motivos que pudo concatenar. Uno de ellos es el título de su último álbum de estudio, Ser; y el otro tuvo que ver con la idea madre de la gira, que fue repasar los grandes éxitos de su carrera.
Con esta premisa se encontró el público, que se mostró asombrado por la división del show. La ansiedad lógica por ver a Axel se vio incrementada por este condimento, y mucho más cuando a la hora señalada el artista no apareció en escena. De todas formas, la paciencia reinó y recién transcurridos diez minutos, los aplausos se hicieron oír. Y funcionó, porque enseguida las luces del recinto de apagaron y la estrella se hizo presente de manera espectacular, elevado hacia el escenario por una plataforma.
Así inició la primera etapa del concierto. Un Axel vestido completamente de blanco y con su guitarra colgada entonó Un nuevo sol, tema del álbum homónimo. Ya desde esa primera canción, la voz de la corista Laura González se destacó al acompañar al músico, que luego la invitó al escenario para cantar junto a ella Aguaribay, un sencillo correspondiente al último álbum.
El amor comienza contó con un cariz positivo. A través de temas como Verte reír, Me estoy enamorando, Soñemos juntos o Todo mi mundo, Axel pareció describir esos primeros pasos de una relación, en donde los buenos momentos son los que prevalecen. Esa sensación se notó reflejada en los espectadores, que con sonrisas corearon cada una de las estrofas.
Tal energía permaneció en el ambiente incluso cuando la estrella se tomó un pequeño descanso. Durante esa transición, la voz de la corista cobró más protagonismo y ayudó a amenizar la espera de los fanáticos más fervientes, que estallaron cuando su ídolo volvió al escenario para encarar la segunda etapa del show.
El amor trasciende representó un cambio notorio con respecto a lo que se venía oyendo. El espíritu de esta fase estuvo cargado de melancolía, y hasta el renovado vestuario de Axel transmitió eso. El cantante reapareció con una camisa blanca y un pantalón negro sueltos, dando la idea de un triste estado de ánimo que fue acorde a los éxitos entonados.
Quiéreme, La soledad y Cuando no encuentres paz fueron algunos de los hits que sonaron en esta etapa, en la cual Axel lució más reflexivo. No sólo desde las letras que cantó, que hablaron de los momentos difíciles de una relación o de las angustias que deja una ruptura, sino también desde la previa de las canciones. Tal como lo hizo a lo largo de la noche, se tomó los instantes previos a sus temas para introducirlos, y para ello apeló tanto a reflexiones propias como a citas de otros artistas.
Sin embargo, la última parte del show volvió a tener color. Tras una transición durante la cual la corista volvió a acompañar al público -que lució un estado de ánimo menos eufórico luego de la segunda fase-, Axel volvió una vez más al centro de la escena. Vestido de negro, el compositor inició El amor triunfa con Amo, una de las composiciones que lo catapultaron a la fama.
Esta etapa se vio como una especie de conclusión de Axel. Con canciones como Celebra la vida, Que nos animemos o Afinidad, el músico pareció dar el mensaje de que toda historia de amor tiene un final feliz. Eso se percibió en el teatro, cuya atmósfera cambió notablemente con los aplausos, los coros y también con la inesperada aclamación a Kany García, la artista puertorriqueña que fue invitada para compartir dos canciones con el anfitrión.
Para el cierre de la velada, el músico dejó dos platos fuertes. Uno de ellos fue Aire, reconocida como “Canción del año” en los Premios Gardel 2018; el otro fue Te voy a amar, un tema que ya se transformó en un clásico y que los espectadores aplaudieron de pie cuando llegó a su fin. Así concluyó Axel un show en el cual pudo exponer lo nuevo, pero que también marcó el regreso de aquello que lo llevó a ser la figura que es hoy, y que lo condujo a llenar nuevamente un Gran Rex. Eso que quería lo logró: Volver a Ser.
Imagen destacada: Martín Bonetto
Martín Bugliavaz (2ºB TN)