La ola de venezolanos en la Argentina, que comenzó a principios de 2018, cada vez se incrementa más. La situación complicada de su país no es de gran ayuda, deben trabajar muchas horas para poder subsistir, el sueldo está muy desvalorizado por la cantidad de horas, y entonces el plan de escapatoria para muchos es Argentina. Por la desesperación de obtener un empleo son contratados a la inmediatez.
El hecho de que la crisis política en Venezuela está en deterioro hace preocupante la realidad habitual. Sin embargo, las consecuencias económicas han causado en el ámbito social un daño irreparable y no parece que se solucione en el corto plazo.
Precios que cambian a diario, un hito histórico que el argentino ya lo vivió, un tipo de cambio del bolívar al dólar en el mercado libre que supera al oficial 80 veces; sueldos que pierden valor y, por encima de todo, problemas de liquidez dificultan la vida allí.
Cabe señalar que, como los occidentales indican con facilidad, el problema no es solo el gobierno que rige el país. Por el contrario, se encuentran frente a una crisis cuya causa es una pésima administración, resultado ésta, a su vez y en gran parte, del factor humano.
Viven un verdadero infierno, y su única opción es emigrar a los países aledaños, aunque es muy difícil salir, las fuerzas armadas se pusieron firmes y no lo permiten, muchos salen de forma ilegal. Esta marea de venezolanos se repartió por toda Sudamérica en los últimos años y son aproximadamente entre 3 y 4 millones.
¿Por qué todos los contratan? Es simple, vienen predispuestos a trabajar, es su único objetivo, así pueden enviarles dinero a sus familias que aún se encuentran allí, y ellos toman los trabajos que nadie quiere o se inventan uno. Ven un país que da muchas oportunidades y abre puertas para emprender negocios.
José Gregorio López González y Ana María Fernández, de 28 años y 29 años, ingresaron al país a mediados de diciembre del 2017. Ellos no querían someterse más al régimen de Nicolás Maduro, necesitaban salir a flote. Entre los dos tenían cuatro empleos y no lograban mantenerse; entonces entendieron que no daba para más seguir luchando en un lugar sin futuro. Esa iniciativa era por el bienestar de la familia que conforman Elena, de 4 años, y Lucero, de 2 años, sus hijas. López González respondió algunas preguntas sobre su situación.
-¿Con qué tipo de problemas lidiaron en Venezuela en el último tiempo?
-La realidad era un sinfín de conflictos, hicieron que el venezolano se vuelva en un nómada sin rumbo, yendo a probar suerte. En mi país durante 5 meses trabajé 16 hs diarias, sacrificaba mucho tiempo ahí y no podía ver a mis niñitas. Me dolía mucho no poder llevarlas al jardín.
-El dinero que lográs ganar aquí ¿hace la diferencia en Venezuela? ¿Cómo hacen las compras allá?
-El sueldo básico que uno gana en Argentina allá hay que transpirar mucho para obtenerlo. Así que la diferencia es más que notable. Teniendo dos empleos puedo vivir cómodamente, mi esposa trabaja mientras las niñas están en el jardín de infantes. En Venezuela, para conseguir algunos productos en particular como papel higiénico, pasta dental, yogurt, etc, es difícil. Hay que comprar en cantidad siempre, porque uno nunca sabe cuándo podrá encontrarlos otra vez.
-¿Tu plan es establecerte definitivamente en el país?
-La idea es volver en algún momento, cuando las aguas turbulentas calmen y allá paz volveré, si no nos quedaremos acá. Es un país lindo para vivir, ser extranjero es complicado por la serie de trámites a realizar, pero es un protocolo que se debe respetar porque cada país se maneja a sus manera.
Kevin Nicolás Villalba