El rechazo de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, fue una batalla perdida para la postura que se encuentra a favor pero la lucha no está ni cerca de estar terminada.
El tratamiento de esta norma primero en Diputados y luego en Senadores, despertó un fenómeno social que cautivó a multitudes sin importar la postura que tengan. Dividió, una vez más, a la sociedad argentina y logró una confrontación pacífica que hace rato no se veía en nuestro país.
Pero la ley no está ni cerca de quedar en el olvido tras al rechazo que sufrió en amba cámaras del Congreso. Es más, tendrá un fuerte efecto político durante el 2019 y será un punto para captar votos. Los ciudadanos tendrán un nuevo parámetro para considerar a la hora de elegir la boleta que pondrá en el sobre. El espacio que promueve el rechazo a la ley se movió rápido y ya creó un partido político exclusivamente sobre esta problemática.
El proyecto no podrá volver a ser tratado en este año parlamentario, aunque los promotores de la ley se adjudican de haber instalado el debate en la sociedad. Con la cantidad de movilización que logró este tema, no hay duda que reaparecerá en las propagandas políticas que tendremos el año próximo. Pero si el tema se vuelve a tratar, los que conformen las cámaras continuarán intactos respecto a esta última votación y podría ser un nuevo traspié para el espacio de pañuelos verdes. Recién en 2020 la discusión será otra, con ambas cámaras totalmente renovadas y un nuevo debate.
Iniciativas tras el rechazo
Por el lado de la postura en contra, ya pensando en lo que serán las elecciones del año que viene, se presentó el Partido Celeste. Es una iniciativa impulsada por los dirigentes de la Fundación Más Vida, que reúne a diversos referentes del arco pro vida, tanto en Ciudad de Buenos Aires como en el interior, el bloque se presenta como «la primera alternativa para impulsar la defensa de las dos vidas desde el parlamento, Legislaturas y Concejos Deliberantes». Raúl Magnasco es el presidente de +Vida y, además, fundador de dicho partido.
Por el lado a favor de la despenalización, se presentó una ley para la producción nacional del misoprostol. ¿Y para que sirve esta droga? Se engarga de interrumpir embarazos. Gracias a esto 16 diputados de distintos bloques presentaron un proyecto de ley de producción pública de medicamentos necesarios para las interrupciones. Además del misoprostol, proponen la producción de la mifepristona, la otra droga recomendada en estos casos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo positivo es que esta ley garantiza el derecho de las mujeres al acceso equitativo a los medicamentos recomendados por la OMS para una segura interrupción del embarazo en los casos no punibles, con una disminución considerable de los riesgos, así como de los costos del sistema de salud en general, una de las razones en contra más escuchada en el Senado. Esta movida arrancó porque hasta hace poco, el misoprostol sólo estaba aprobado en la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica para uso gástrico. Desde julio puede tener también uso ginecológico y hay dos laboratorios produciéndolo pero por el momento sólo es para uso hospitalario. En farmacias sólo está disponible dentro de un medicamento que se vende para afecciones gástricas, que hay que partir y pagar varios miles de pesos.
Ambas posturas ya comenzaron a trabajar pensando a futuro aunque, numéricamente predomina el lado verde (al menos en la Capital Federal y Gran Buenos Aires) y probablemente haya un fuerte impacto el año que viene a la hora de la votación nacional para que, en 2020, se intente aprobar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo con las Cámaras de Senadores y Diputados totalmente renovadas.
Una producción especial de: Florencia Alvarez, Agustina Quagliaroli, Manuela Tahier, Lucas Goloboff, Enzo Petroni, Paulo Recari, Martín Feijóo, Ignacio Mansilla, y Leticia Andregnette