La selección femenina de waterpolo de España obtuvo el título en el mundial juvenil disputado en Serbia. Las españolas se tomaron revancha del mundial anterior y derrotaron a la selección italiana por 8-7, en una intensa final.
España había quedado en las puertas del oro en el mundial anterior, en Nueva Zelanda. En aquella ocasión, sucumbieron ante una superior Rusia por 9-7. Esta generación no iba a permitir que eso pase. Manteniendo el buen nivel que las coronó como mejores de Europa el año pasado, las ibéricas jugaron un mundial a un nivel altísimo y fueron amplias merecedoras del título, prácticamente sin sufrir durante su transcurso en la copa. Habían llegado a la final de forma invicta, ganando sus 5 partidos anteriores (incluida una contundente paliza a su rival en la final, por 13-6).
Sin embargo, en la final las italianas no se parecían en nada al desdibujado equipo de la fase de grupos. Supieron poner en apuros a la campeona durante todo el partido, incluso llegando a terminar el primer parcial con una ventaja de 2-1, y llegando al entretiempo con un empate 4-4.
El partido se inclinó en favor de España debido a dos jugadoras en particular: Alejandra Aznar y Sandra Domene. Aznar jugó una final espléndida, anotando 4 de los 8 goles de su equipo (fue la segunda goleadora del torneo, con 25 tantos) y recibiendo el premio a MVP del torneo, y Domene fue una muralla ante la embestida transalpina, aguantando en los últimos minutos y conteniendo la pelota en la última jugada, tras la cual España gritaría campeona por primera vez en la categoría.
De esta forma, España se toma revancha de lo ocurrido hace 2 años, y cierra un trimestre excelente para el waterpolo español, con medalla de plata en el mundial juvenil masculino, bronce en el Europeo Masculino sub-18, y medallas de plata y bronce en los europeos de mayores masculino y femenino respectivamente. El futuro del waterpolo está asegurado.
Sebastián Moses, 2ºA T.M