La actualidad de Cuba es ciertamente muy diferente a la de Argentina, por eso es interesante a contar cómo se encuentra el país del centro de América, desde la perspectiva de un turista, con sus diferencias con los países capitalistas y su cultura tan diferenciada del resto.
Pirámide Invertida viajó a Cuba hace unas semanas, y esto permitió ver la cantidad de diferencias que hay en ese país en comparación con el resto. Hay que saber algo muy importante a la hora de hablar de Cuba, y es que éste es un país socialista, uno de los últimos en pie, y hasta el momento sin intenciones de pasar al capitalismo.
La principal diferencia que se puede apreciar es la humildad con la que vive la gente, incluso en La Habana, la capital y ciudad más importante de Cuba, en la cual, como en todo el país, la gente vive en condiciones bastante precarias, amontonadas y sin posibilidades de ascender. “En este momento se ve al pueblo cubano tranquilo y resuelto a vivir como las circunstancias se lo impusieron. Con limitaciones de tipo económicas, pero están felices porque existe cierta igualdad entre ellos que les permite no envidiar a los demás”, contaba Mario Slullitel, historiador argentino interesado en la política de 77 años. Esto que dice Mario es cierto, o al menos así lo muestran a los turistas, ya que no sólo se muestran alegres, sino que muchos cuentan que su felicidad se debe a la igualdad que hay, y la tranquilidad que genera saber que el de al lado está igual que uno mismo. “Por otro lado, si querés comparar con la Argentina, en este momento, sufrimos bastante más por los vaivenes de política que existen, en cualquier otro país también hay una desigualdad tremenda que no existe en cuba, donde hay muchísima menos”, agrega.
Con respecto a las políticas que se aplican en Cuba y a la calidad de vida de los cubanos, las posibilidades en cuanto a trabajo no son muchas ni muy grandes, pero el estado hace un gran trabajo en cubrirle al pueblo las necesidades básicas como lo son la educación y la salud: toda la educación es pública, desde el primario hasta la universidad, las posibilidades de estudio son amplias, y hay un gran número de profesionales. “La parte positiva que se puede rescatar de la sociedad cubana es que ellos teórica y prácticamente dentro del sistema son libres de estar y de pensamiento, sus necesidades más mínimas (salud y educación) las tienen cubiertas, el resto de las cosas no llegan o les cuesta más, pero bueno, así funciona un sistema socialista, que llevado aquí a la Argentina sería imposible”, decía el historiador.
La vida en Cuba, para alguien no cubano, sería muy difícil; ellos están acostumbrados a la falta de recursos y a manejarse con lo que tienen. El estado implementó hace varios años un proyecto que actualmente funciona, que es similar a los “precios cuidados” que se hizo en nuestro país; es una “tarjeta de abastecimiento” como la llaman allá, por la cual brindan los bienes necesarios en los supermercados que, según testimonios de gente que vive allí, alcanza para una semana aproximadamente. La tarjeta no es una solución, pero ayuda a los cubanos a no depender totalmente de su escaso salario.
En conclusión, ver la vida de los cubanos como un turista hace parecer a su sistema como algo color de rosas, pero cuando se investiga y se adentra más en cómo viven, puede verse que no es fácil, pero que a pesar de todo lo que luchan, su felicidad es lo que priorizan, y si se comparara su situación actual con la nuestra, no podría decirse que están mejor, pero sí que su igualdad social hace su vida mucho más amena que acá, en donde los conflictos sociales son el foco de atención y la desigualdad es cada vez más grande.
Martín Wizenberg