“Para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”, indica en uno de sus pasajes el preámbulo de la Constitución Nacional. Desde su inicio la ley máxima de nuestro país se muestra no sólo a disposición de sus habitantes nativos, sino también de aquellos que provengan del exterior y quieran hacer de estas tierras su hogar. En lo que a materia de inmigrantes se refiere, Argentina es una de las naciones más abiertas y generosas, actualmente la que cuenta con más extranjeros de Latinoamérica. Esto bastante tiene que ver con los comienzos del país, donde la inmigración fue una de las bases para su desarrollo.
La llegada de pobladores foráneos trajo a su vez diversos aspectos culturales de todas partes del mundo, llevando a que algunos de estos terminen consolidándose en la sociedad argentina. Entre estos aspectos importados se encuentran varios deportes, incluido el fútbol, jugado por primera vez en el país por británicos ferroviarios a mediados del siglo XIX. La gran popularidad que terminó alcanzando lo convirtió en una pasión compartida por millones. Y fue gracias a ese sentimiento de cariño y unión que muchas de las comunidades extranjeras hallaron un motivo para reunirse entre compatriotas y promover su cultura más allá de hallarse lejos de su patria.
Fue así como a partir de la década del 50 surgieron clubes como resultado de la pasión futbolera de estas colectividades. El objetivo general de estos era fomentar a través del fútbol el vínculo entre coterráneos, servir como centros donde avivar sus costumbres originarias y poseer representación de sus ciudadanías en los torneos del deporte más divulgado de Argentina. De esta manera el país cuenta con entidades como Deportivo Español y Sportivo Italiano, producto de los principales inmigrantes europeos, Deportivo Coreano, proveniente del continente asiático, y otra que simboliza a una comunidad más próxima: Deportivo Paraguayo. A continuación, se tratará con mayor profundidad a estos cuatro clubes, ahondando en su historia y en aquello que representan.
Una producción especial de: Ignacio Bocchio, Federico Bocchio, Agustín Gervasoni, Alejandro Ibarra, Julián Malek, Maximiliano Mansilla, Jonatan Martínez, Joaquín Molinas, Ayelén Neidhart, Agustín Nickels, Ulises Nieva, Tadeo Pittari, Micaela Pizzuto, Franco Sandoval, Thiago Saracho y Enzo Rueda.