La inmigración venezolana en Argentina es un fenómeno que ha ganado mucha importancia a principios del siglo XXI. Desde el año 2013, con la llegada de Nicolás Maduro al poder, la crisis económica, política y social en Venezuela ha ido en aumento, por lo cual muchos venezolanos buscaron salir de su país. Se trata en su mayoría de jóvenes estudiantes, quienes arriban a la Argentina para comenzar o terminar sus estudios universitarios, pero también hay una gran cantidad de emprendedores y de adultos que llegan con títulos universitarios en busca de conseguir trabajo.
Varios de los ciudadanos venezolanos que llegan a la Argentina son hijos de argentinos nacidos en Venezuela, o ciudadanos argentinos que migraron hacia Venezuela a muy temprana edad. Pero todavía, la mayor parte de venezolanos que arriban al país no tiene ningún vínculo familiar y utilizan la visa del Mercosur que les facilita dichos trámites de residencia. Según un informe de la Dirección de Migraciones, durante este 2018 los venezolanos radicados en la Argentina constituyen el 25% del total de los inmigrantes. Así, en número, relegaron al segundo y tercer puesto a paraguayos y bolivianos.
Actualmente, Argentina, junto a Colombia, Brasil y Perú, son los países latinoamericanos que más reciben inmigrantes de Venezuela. El perfil de los inmigrantes venezolanos en el país austral es de jóvenes con carreras universitarias, tales como medicina o ingeniería, o que buscan estudiar en el país carreras relacionadas al arte, como fotografía o cine, también carreras de diseño con el fin de sustentarse y vivir dignamente. Asimismo, en ciudades como Buenos Aires, Córdoba y Rosario, comenzó un gran auge de comida venezolana.
David Fonseca, un venezolano de 30 años recibido en servicios a bordo, reside actualmente en la Argentina hace un año y explicó de manera detallada cómo transitó los primeros días en un nuevo país para sustentarse económicamente y cómo fue su salida de Venezuela. “Los primeros días aquí fueron agradables porque estás en la piel de turista pero luego te das cuenta de que no tienes trabajo y te empiezas a preocupar. Por suerte no tuve inconvenientes al emigrar porque poseía toda la documentación necesaria que una persona debe tener para irse a otro país”.
Por otro lado, David manifestó además lo duro que fue conseguir un empleo y sus relaciones con la sociedad argentina al ser extranjero. “Tardé alrededor de tres meses en poder conseguir un trabajo y me mantenía con lo poco que tenía. A partir de ese momento logré trabajar como empleado en una heladería. Pero luego de pasados los seis meses de estar instalado en la Argentina pude conseguir trabajo de lo que había estudiado y tanto quería, así que hoy en día me mantengo estable económicamente».
“Mi relación con la sociedad es muy amena, apenas tuve un solo problema que fue por parte de una mujer que me miro de arriba abajo en un supermercado y aunque no escuche muy bien lo que me dijo creo que me discriminó. De todas maneras admiro como me tratan los argentinos y son muy solidarios”, relató.
Así como David, muchos venezolanos buscan insertarse en la Argentina para poder vivir más dignamente hasta que se resuelva la crisis económica social que atraviesan.
Ignacio Petrelli