Un 16 de agosto del año 2001, hace ya 17 años, el seleccionado argentino masculino de básquetbol comenzaba a lograr victorias y a conseguir títulos impensados temporadas anteriores Ese día logró el campeonato FIBA de las Américas luego de vencer ni más ni menos que a Brasil en la final y sería el primer título de lo que hoy conocemos como la “Generación Dorada”.
Rubén Magnano fue el director técnico que logró que la selección brillara. Anteriormente, se había encargado de la Sub-21 argentina, mérito que obtuvo tras lograr varios torneos con distintas instituciones deportivas, entre ellas el club Atenas de Córdoba obteniendo 3 campeonatos de Liga Nacional. Con las divisiones inferiores del seleccionado nacional, el director técnico también pudo alzar distintos campeonatos, entre ellos un Sudamericano y un Panamericano, logrando así ser el principal candidato a remplazar a Julio Lamas en marzo del año 2000.
Desde 1987, habían transcurrido 14 años para que el conjunto albiceleste volviera a consegir un título sudamericano en mayores.
Fabricio Oberto, Emanuel Ginóbili (quien fue elegido MVP , el mejor jugador de todo el torneo), Juan Sánchez, Leandro Palladino, Lucas Victoriano, Leonardo Gutiérrez, Andrés Nocioni, Luis Scola, Hugo Sconochini y Gabriel Fernández fueron los jugadores que integraron la lista de Magnano para dicha competencia.
El seleccionado argentino había llegado en el campeonato FIBA de las Américas a la 3° posición en 3 ocasiones: en la primera edición de 1980 donde el campeón fue Puerto Rico, en 1993 donde venció a Brasil en la lucha del tercer puesto, quedando así solo por debajo del campeón Estados Unidos y el sub-campeón Puerto Rico y por último en 1997 donde el campeón nuevamente fue Estados Unidos. En Neuquén, en 1995 Argentina había llegado a su primera final, pero perdió tan solo por 1 punto de diferencia, 87-86 ante Puerto Rico.
El conjunto del profesor Rubén Magnano tenía como claro objetivo comenzar haciendo historia en suelo argentino y para eso debió enfrentarse en la fase de grupos ante Uruguay, Venezuela, Estados Unidos y Brasil, formando así el grupo A.
En el primer partido, Argentina venció ampliamente al país vecino, Uruguay, por 103-63. La segunda fecha del grupo fue contra Estados Unidos, selección que había presentado un equipo universitario para dicha competencia, donde nuevamente el seleccionado local sacó amplia diferencia 108-69. Los dos últimos partidos del grupo fueron mucho más peleados y friccionados, aunque en ambas ocasiones Argentina se terminó llevando la victoria, 90-73 ante Venezuela y 108-98 ante Brasil, logrando la victoria en tiempo suplementario. Dichos partidos se jugaron en tan solo 5 días, entre el 16 y el 20 de agosto, habiendo muy poco descanso. Estados Unidos fue la selección que no se clasificó a la siguiente fase del grupo A, mientras que del grupo B, el eliminado fue México.
En la segunda fase del campeonato, el equipo que ya tenía al bahiense Ginóbili como figura destacada, siguió ganando y manteniendo el invicto, fue 98-77 a Islas Vírgenes, 85-76 ante Canadá, 95-70 sobre Puerto Rico y para finalizar victoria ante Panamá por 85-76.
Las semifinales resultaron muy parejas de ambos lados. Brasil venció por tan solo 4 puntos, 98 a 94, a Puerto Rico, quien sería finalmente el 4to del torneo, y Argentina venció nuevamente a Canadá por 97-76.
Todo el país y el mundo entero estaba expectante de la definición entre dos selecciones que habían hecho un grandioso torneo, Argentina y Brasil. Al equipo de Magnano desde el primer minuto se notaba con hambre de gloria, sin la presión que se suele ver en partidos tan decisivos, y ese fue uno de los factores claves que lo terminó llevando a lograr este título de local, tras vencer finalmente al seleccionado brasilero por 78 a 59. Argentina había logrado algo histórico, por primera vez consiguió el campeonato de las Américas, y lo hizo ganando todos los partidos (10-0).
Así, el equipo de grandes figuras como Luis Scola, Emanuel Ginóbili y Andrés Nocioni, se clasificó al mundial de Indianápolis en 2002.
La leyenda de la generación dorada, recién había comenzado.
Autor: Juan Lofredo, Segundo B, turno mañana.