A comienzo de los años 2000, y con el avance tecnológico, los cibers encontraron su punto más alto de popularidad, cuando la gente iba diariamente a estos locales llenos de computadoras, con la posibilidad de tener acceso a internet y juegos a los cuales poder jugar un grupo, una novedad para esa época.
Cuando internet era novedad y todavía no era común en los hogares, los chicos, adolescentes y adultos, se acercaban a estos lugares para distintos tipos de uso. En el caso de los chicos y algunos adolescentes, los cibers eran un punto de encuentro para jugar con amigos a juegos de moda en esa época, como el Counter Strike, por ejemplo.
Los cibers ya habían ganado una buena reputación y hasta se habían metido en la rutina diaria de algunos chicos, que no tenían la posibilidad de tener acceso a internet en sus hogares. Eran baratos, cobraban por minutos o por hora, y le daban libertad a la gente de utilizar las computadoras para lo que necesite.
Entre 2004 y 2007, los cibers tuvieron su punto más alto de popularidad, concurría mucha gente y el internet comenzaba a ser una necesidad para los más grandes, con la utilización del mail en los trabajos, creció la cantidad de adultos que iban habitualmente a estos locales.
En el año 2010, esta clase de negociosos comenzaron a decaer, con la facilidad de incrementar la banda ancha en los hogares, la gente ya empezaba a tener computadoras en sus casas y dejar de ir habitualmente a estos lugares.
También el aumentos en los alquileres de los locales le jugaron una mala pasada, ya que, según estudios, el alza de los alquileres, que representa el 44% de los costos, y de los sueldos, con una incidencia del 25%, no se compensó con la leve suba del precio del servicio, que solo subió un 13%.
Hoy en día son pocos los cibers que siguen en pie, algunos decidieron dejar pocas computadoras, y utilizar el espacio libre para poner kioscos o locutorios, algo que le da más ingresos en la actualidad. Otros resisten, depende su ubicación, al cambio de época, pero lo sufren mucho, ya que la gente no concurre en igual porcentaje que en la década pasada.
Los “cibercafé” parecen haberle ganado la pulseada a los viejos cibers. En esta nueva “moda”, los bares dan wi-fi libre a todos sus clientes, ya sea con notebook, tablets o celulares, la gente utiliza su tiempo libre para ir a estos lugares a almorzar o merendar y, de paso, utilizar el wi-fi que ofrecen esta clase de locales.
“Hace 20 años empezamos con este proyecto, venían muchos chicos después de la escuela, había 25 computadoras, y hasta teníamos cola para usarlas”, expresó Miguel Desimoni, uno de los dueños de un ciber ubicado cerca de plaza de mayo.
“Hace aproximadamente 8 años tuvimos que cambiar algunas cosas, la gente ya no venía tanto y decidimos sacar algunas computadoras y poner una librería en la parte de adelante del local, si no teníamos que cerrar”, manifestó Miguel, que hoy se encarga de atender la mencionada librería, y añadió: “Sigue viniendo gente, no mucha y tampoco se quedan mucho tiempo. Algunos vienen, mandan un mail o imprimen algo y se van, hubiera costado mucho mantener eso con los precios de hoy en día”
Las risas y los gritos de los chicos ya casi ni se escuchan, las puertas de la mayoría de los cibers ya están cerradas, otros ya se convirtieron en kioscos o librerías. El avance tecnológico, ese mismo que le dio la chance a los cibers de abrir sus puertas, se las cerró al poco tiempo, y son solo algunos los que resisten.
Martín Buongiorno