“Aquí no hay dolor, las noches no son frías y no pasa el tiempo, la gente es buena, las casas son iguales, saludo a un tipo que jamás lo vi, pero se extraña vivir, vivir en el barrio viejo” al ritmo de la canción de La 25, se encuentra resumidamente la manera perfecta para describir a uno de los barrios más antiguos y pintorescos de la zona del conurbano sur, Avellaneda.
Fue fundada en el año 1852, anteriormente a ese período pertenecía a la zona de Barracas al Sud, hasta que decidió separarse del mismo. Su nombre fue escogido en honor al ex presidente y periodista Bartolomé Mitre. Actualmente se encuentra separa de la Ciudad de Buenos Aires por un riachuelo, por el mismo, atraviesa el puente Bosch y Puyerredón.
Esta ciudad presenta diversos atractivos culturales, para satisfacer a sus más de 24.000 habitantes, principalmente en sus teatros. Cuenta con más de cinco, dos de ellos, nacionalmente conocidos; el Teatro Roma tiene una infraestructura de estilo italiano, inspirada en los lujosos teatros europeos del siglo de la opera de oro. Sus salas son de las mejores del continente americano, después del mítico Teatro Colón. En sus comienzos, allá por el año 1925 simplemente podía albergar a 400 personas, hoy en día a través de remodelaciones, su espacio físico se ha ampliado sin escalas. Además forma parte del patrimonio histórico, cultural y arquitectónico de primer nivel en Argentina con características singulares. Este edificio se construyó sobre la antigua Sociedad Italiana de Avellaneda. Las paredes de este gran teatro han visto actuar a enormes talentos como; Lilita Torres, China Zorrilla, Hugo Arana, Alfredo Alcón, Coco Sily, Pepe Soriano, entre otros. En el año 2016, bajo la gestión del intendente del municipio Jorge Ferraresi, se decidió realizar una cuidadosa remodelación donde se respetó el mismo color histórico de pintura.
En tanto que el Teatro Colonial fue inaugurado dos años más tarde que el Roma, es decir en el año 1927. Desde hace 26 años, fue adquirido por la Municipalidad de Avellaneda como un valor arquitectónico, hoy en día cuenta con un espacio para 1700 espectadores, su equipo de iluminación y sonido es de última generación.Es por eso que diversos artistas lo eligen para llevar a cabo su espectáculo. En su interior se pueden observar estilizaciones moriscas, pasillos revestidos con azulejos, grandes trabajos de herrería. La platea baja está formada por 25 filas, la alta por 12 y 17 palcos en su parte delantera. Sus flamantes cortinas y decoraciones han sido realizadas en la ciudad de París. Para la comodidad de los artistas, presenta 12 camarines con cuatro baños independientes calefaccionados a vapor. Comenzó a repuntar como teatro en la década del 30 y el 60, con las apariciones de Carlos Gardel, Agustín Magaldi, Azucena Maizani, gracias a esto, la sala se encontraba totalmente repleta e incluso con grandes colas a la salida. Comenzó a llamar mucho la atención cuando se dedicaron a proyectar el cine mudo y sonoro en la pantalla gigante. Su parte oscura, transcurrió en los años 70 y 80, donde se vio obligado a cerrar las puertas, ya que dejó de convocar al público masivo, por ende, los artistas ya no se interesaban en ese teatro. Como método de supervivencia, comenzó a dedicarse a las películas pornográficas, lo cual terminó de sepultar en la ruina al teatro. En 1992, cuando logra tomar posesión del lugar el municipio, volvió el gran renacer. Con el fallecimiento del artista revolucionario de la música, Luca Prodan, comenzaron a surgir infinidades de cantantes que continuaban con su pensamiento. Una vez puesto de pie, el teatro comenzó a convocar nuevos artistas, atrayendo a sus fans y así es como gracias al nuevo milenio el teatro pudo repuntar y volver a las grandes planas. En su última restauración, el teatro fue adquirido por la productora Ser TV, perteneciente al señor Adrian Serantoni, quien tuvo que realizar una gran inversión económica para dejar al teatro en perfectas condiciones. Hoy en día, se caracteriza por la concurrencia de reconocidos cantantes como Valeria Lynch, Cacho Castaña, Ulises Bueno, Pimpinela, J. Alvarez, entre otros.
Concluyendo, Avellaneda presenta y da un gran aporte cultural no sólo a sus habitantes, sino también al país. Día a día, frente a un nuevo espectáculo que brindan estos imponentes templos de la cultura, llega público de distintas partes del territorio argentino para poder disfrutar lo que ofrece la ciudad de Avellaneda.