Según datos oficiales, cada año mueren en la Argentina unas 200 personas por intoxicación con monóxido de carbono. Se trata de un gas sin olor que producen estufas, hornos y artefactos similares y que puede ser mortal sin la ventilación adecuada.
El principal peligro de este tipo de intoxicación es que muchas personas no son conscientes de los síntomas, los cuales pueden variar de un individuo a otro. En los primeros 15 días de este mes, cuando el frío comenzó a hacerse sentir, el Centro Nacional de Intoxicaciones, que funciona en el Hospital Posadas, recibió 122 consultas: el 22% fueron casos graves, que requirieron internación.
Las estadísticas epidemiológicas publicadas para la intoxicación por monóxido de carbono indicaban que en los ministerios de Salud provinciales hubo hasta mediados de mayo un 1,65% más de individuos afectados que en el mismo período de 2017, sin incluir fallecidos. Son 182 casos para las primeras 14 semanas del año pasado, comparados con 185 casos este año.
Por ende lo importante es prestar atención a los síntomas, que pueden ser de leves a moderados, como dolor de cabeza, náuseas y vómitos, entre los primeros, o agravarse con mareos, palpitaciones, falta de fuerza y desmayo, hasta llegar a las convulsiones, el coma o la muerte. Al inhalar monóxido de carbono, el gas pasa a la sangre e impide transportar el oxígeno al cerebro, el corazón, los pulmones y el resto del cuerpo.
Gastón Ariel Díaz