En el año 2004, en las playas turísticas de El Gouna en el país de las pirámides y los faraones, Egipto fue el precursor de un deporte que cambiaría la forma de ver el handball. Con la idea del entonces presidente de la Federación Internacional de Handball, Hassan Moustafá, el primer torneo internacional se disputó en las playas egipcias y el deporte tomó vuelo en el plano internacional. Si bien el estilo indoor (bajo techo) sigue estando presente y, sobre todo en Francia, toma mucha fuerza a nivel televisivo, el estilo de playa está tomando forma para el verano. Con una forma de jugar poco común y con la particularidad de los “goles dobles”, el show se apodera de las playas.
A diferencia del handball indoor, no se puede picar la pelota contra la arena pero si dar los 3 pasos reglamentarios. Las dimensiones de la cancha con de 27 metros por 12, pero el área de juego es de tan solo 15. La cantidad de jugadores varía según el ataque y defensa. Aquel equipo que busca el arco, tiene 4 jugadores, pero los defensivos tienen 3 en el área de juego más el arquero que tiene una vestimenta distinta. Los partidos se juegan a dos sets, así es como le llaman a cada tiempo, de diez minutos cada uno. En caso de que haya un set para cada uno se disputa el shot out, que vendrían a ser una especie de penales. En que el que el concepto del juego se aplica nuevamente, buscar que sea un espectáculo. Los penales se disputan con un pase entre dos jugadores de un equipo, contra el arquero. Definiciones en el aire o tiros de larga distancia son las dos formas de convertir el penal. La parte del show se aplica más que nada en los famosos goles dobles. Hay tres formas de convertirlos: la primera es que el gol lo convierta el peto, aquel que está vestido de arquero; la segunda, el gol de fly, que sería mediante un pase y la definición en el aire del jugador que recibe; y la última es con un gol en 360 grados, es decir un jugador que da una vuelta sobre su mismo eje y ejecuta.
En Argentina, como en la gran mayoría de los deportes amateurs, se tuvieron que hacer de abajo. Lamentablemente, debieron entrenarse en malas condiciones, en lugares públicos, sin el apoyo de un ente regulador, hasta que consiguieron tener un espacio. De a poco se fueron haciendo un lugar, no sólo en el terreno argentino, sino también en el plano internacional. En el 2017, en Polonia, la selección argentina femenina logró el sub campeonato del World Games de Wroclaw. De esta forma, consiguió el pasaje al Mundial. Así fue ganando lugar en la consideración en los dirigentes argentinos, con un mayor presupuesto y con sponsors para lograr un desarrollo más amplio. Esa es la lucha de todos los deportes, que con costos elevados y poco apoyo por parte de los dirigentes deben recurrir a los capitales privados que muchas veces imponen condiciones. En el último Panamericano, los seleccionados argentino tanto masculino como el femenino, lograron el cuarto y quinto puesto respectivamente lo que les produjo la clasificación para los Mundiales que se disputarán este año.
La lucha por la televisación no es solo en Argentina, sino que también es una lucha de los organismos internacionales para conseguir que los torneos sean televisados para conseguir dinero y la expansión de un deporte nuevo. Principalmente, esto es algo que se vio en gran parte de los deportes, beach vóley, fútbol playa, básquetbol de tres, entre otros. El ingreso a los Juegos Olímpicos de Verano puede ser una de las armas claves para lograr una mayor difusión.
La potencia mundial es, por lejos, Brasil en ambas divisiones, tanto femenino como masculina. Mundialmente están en el primer lugar del ranking. Croacia y Egipto son otros de los países que tienen muy buen nivel a nivel mundial. Argentina está desarrollando un muy buen nivel en sus selecciones juveniles lo que da la chance de crecer a nivel sudamericano y empezar a tener un reconocimiento a nivel mundial.
Autor: Felipe Vitola, Segundo A, turno tarde