El bullying o acoso escolar se caracteriza por maltrato físico, verbal y psicológico. Los más expuestos a estos hostigamientos son los niños y adolescentes, y los lugares donde se presentan con más frecuencia son los colegios primarios y secundarios.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) junto a la ONU (Organización de las Naciones Unidas) realizaron un informe donde reflejan datos estadísticos que son cada vez más relevantes. Se estima que al menos 246 millones de personas en el mundo son acosadas y unas 600 mil se suicidan a causa de este problema.
En Argentina a través de la página “Bullying sin fronteras” se detectan casi 3000 casos que son denunciados, un 30 por ciento más desde la última encuesta, la cual fue en octubre de 2016.
Existen distintos tipos de bullying: físico, psicológico, verbal, sexual, social y también el ciberbullying. Los efectos que causan estos maltratos son los trastornos emocionales, baja autoestima, fobia, rechazo hacia las personas, depresión y en casos severos el pensamiento y la concreción al suicidio.
En cuanto al ciberbullying, que es algo que se genera con las nuevas tecnologías y a través de las redes sociales como Facebook, Twitter, etc., las cuales el agresor atosiga a la víctima con mensajes humillantes causándole grandes daños psicológicos.
Según varios estudios realizados, los países más afectados en América Latina son Colombia, Brasil, Paraguay, Perú, Honduras, Guatemala, República Dominicana y Panamá. En Argentina se estableció la ley 26892 para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad social en las instituciones educativas, ley contra el bullying, código que promulga los valores en la sociedad y ante todo el respeto hacia las diferencias entre las personas; dicho estatuto se sancionó el 4 de octubre de 2013. A pesar de estar vigente desde esa fecha, los casos de bullying son cada vez más abundantes en el país.
Es tanto el daño psicológico que presentan estos tipos de acosos que cada año aumenta más el número de víctimas que toman la peor decisión, suicidarse. Tal es el caso de Oriana Belén Picotti, oriunda de la provincia de Entre Ríos, quien el 15 de noviembre de 2016 con tan solo 15 años de edad decidió quitarse la vida a causa de los acosos humillantes que sufría en el colegio por parte de otras adolescentes (informe de Bullying sin Fronteras). Normalmente los que sufren estos tipos de acosos suelen ocultarlo por miedo o por amenazas del agresor. Por otra parte, los docentes son consultados por la misma víctima y tienden a darle poca importancia a las agresiones que sufren, dándole una menor relevancia al tema, como en el caso de Oriana. Este caso se ve reflejado en muchos niños y adolescentes que son víctimas de estos hostigamientos.
Un informe que publicó la OMS sostiene que Argentina es el país con mayor tasa de suicidios. En 2015 se comprobaron 438 víctimas fatales a causa del bullying o acosos escolar.
En definitiva, y a modo de conclusión, sería de suma importancia aplicar de manera obligatoria en todo el sistema educativo (en especial los grados superiores del primario y nivel secundario) la participación de ayuda psicológica a través de profesionales, con carácter obligatorio. Esto generaría la posibilidad de prevenir y ayudar a potenciales víctimas de este actual flagelo de la sociedad.
Alejandra Torres