La tecnología, ya instalada hace tiempo, vino para quedarse. Los avances tecnológicos aparecen como soluciones para los jóvenes, pero terminan chocando contra las costumbres de los mayores.
Pasó tiempo ya desde la implementación y uso de las primeras computadoras y celulares en Argentina. Estas nuevas tecnologías se fueron modificando, mejorando e incorporando a lo largo del tiempo. Impresoras, scanner, MP3, notebook, etc., son algunos de los dispositivos que han dejado una marca en el uso diario de los individuos y de la sociedad.
Sin embargo, parecería ser que los “antiguos” o conservadores no se llevan bien con estas soluciones avanzadas de la actualidad. Muchos son los que piden asistencia, requiriendo la ayuda de otro(s) individuo(s) o directamente se niegan a utilizarlo, realizando sus necesidades mediante otro camino. Los jóvenes actuales manejan las redes sociales de forma tal que parecen haber nacido con la sabiduría de dicha práctica. Los mayores, en cambio, si no es por necesidad, difícilmente estén tan conectados o consideren a la internet como una parte fundamental de su vida.
La realidad es que una nueva generación se está criando y creciendo con la tecnología y cada vez son menos los que no aceptan o no consideran su aplicación. Ya sea para el uso que cada uno le dé, las tecnologías avanzan y vinieron para quedarse. Además, la comunicación ya no es la misma. Prácticamente, salvo por urgencias o ventas, las llamadas a números fijos es muy escasa. La utilización del celular, mediante sus diferentes aplicaciones, ha facilitado la forma de comunicación e información diaria, haciéndola mucho más práctica y jocosa para los milenials.
Otro caso en el que la tecnología ha innovado es en el pago de facturas o tarjetas por internet, en vez de hacer largas filas que hacen perder el tiempo. Siendo mucho más práctico y rápido, todavía la mayoría de los mayores prefieren tomarse el tiempo para rendir el dinero personalmente, ya sea por la falta del recurso o la inseguridad de hacerlo mal o no saber hacerlo. Sin embargo, con el fin de cuidar el medio ambiente, algunas entidades han decidido retirar los avisos por papel para hacerlo de forma digital, cosa que no les gusta a las personas de mayor edad, ya que están acostumbrados al papel o al no uso de la tecnología. De hecho, el Anses ha aplicado un programa general para poder pagar las facturas online. Esto se contrapone con las costumbres de las personas mayores, que deben pedir ayuda a la hora de realizar estos pagos. Según los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) se estima que en el país viven unos seis millones de mayores de 65 años. De ellos, el 70% no navega en Internet, el 83% no usa computadora y el 44% tampoco dispone de celular.
Que las nuevas generaciones crezcan de la mano con los avances significa que tendrán mayor facilidad para manejar y vivir diariamente las herramientas que el futuro pueda brindar. Hoy en día, seguimos en una transición donde muchos saben utilizarla, algunos necesitan ayuda aunque las utilicen y otros siquiera aceptan la idea de incorporarlas a su vida diaria.
Juan Martín Bonamaison