El día 16 de abril de 2016, en el predio Costa Salguero, alrededor de 20 mil jóvenes asistieron a una fiesta electrónica que terminó a las 7 de la mañana y con la triste noticia de cinco muertos. Las víctimas fatales tenían entre 15 y 21 años; Nicolás Becerra, Andrés Valdez, Francisco Bertotti, Bruno Boni y Martín Bazzano.
El juicio no empezó, ya que la estrategia de los abogados defensores es dilatar el proceso, solicitando más pruebas y que se tomen más testimonios. Mientras que los padres, representados por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, quieren más pericias y no creen en los informes médicos brindados por el Cuerpo Médico Forense, los especialistas sostienen que los jóvenes murieron por una mezcla que incluye marihuana, cocaína y drogas sintéticas. «Se podría decir que es un suicidio para que no haya culpables”, expresaron los familiares.
El juez federal Sebastián Casanello y el fiscal Federico Delgado estuvieron a cargo de la causa. Casanello procesó a los organizadores del evento: Víctor Stinfale, Adrián Conci, Maximiliano Ávila, Carlos Garat y Martín Gontad por “comercio de estupefacientes y abandono agravado de persona seguido de muerte” y con prisión preventiva. Unos días mas tarde la Sala II de la Cámara de Apelaciones bajó la calificación a «facilitación de un lugar para la comercialización de estupefacientes, homicidio culposo y lesiones graves culposas», y los procesados salieron en libertad.
Delgado y Casanello fueron apartados de la causa. Ahora el fiscal Ramiro González y el juez Marcelo Martínez Di Giorgi tomaron las riendas de la investigación y están llevando a cabo las testimoniales pedidas por la defensa.
Lucas Colombres