A menos de sesenta días para el comienzo de la cita mundialista Rusia 2018, el país hace oídos sordos a las voces que hablan de boicot. Y más aún, a las que hablan de que debido a los conflictos en Oriente Medio, más precisamente en Siria, no se debería jugar o que corre peligro el evento.
Lejos de estas especulaciones los soviéticos se preparan expectantes para recibir tamaño espectáculo, que recordemos, se llevará adelante del 14 de junio hasta el 15 de julio del corriente año.
El presidente ruso Vladimir Putin en el mes de febrero instó a la policía a hacer lo máximo para brindar la seguridad durante el Mundial 2018, aludiendo a una cuestión «de imagen» para el país, en un contexto de violencia por parte de los hooligans rusos y de amenaza terrorista.
«Quedan menos de seis meses antes del inicio del Mundial de fútbol que tendrá lugar en once ciudades rusas», del 14 de junio al 15 de julio, declaró Putin en el marco de una reunión anual de los responsables del ministerio ruso de Interior.
«Debemos hacerlo de modo que su organización esté al más alto nivel y ante todo asegurar la máxima seguridad de los deportistas y de los aficionados», indicó Putin.
Vladimir Putin elogió la «inmensa experiencia positiva» de la policía rusa en ese aspecto, asegurando que «no duda» que los policías «actúen correctamente y de completa conformidad con la ley» durante el campeonato.
«El modo en que se desarrollará este evento y toda la imagen de nuestro país dependen directamente de vuestro trabajo preciso y competente», estimó el jefe de Estado ruso.
Cada vez falta menos, y a diferencia de Brasil 2014, todos los estadios, ya están terminados casi en su totalidad, pero ocurre un problema. Solamente cinco ciudades anfitrionas tienen equipos de primer nivel, mientras que las demás no cuentan con clubes importantes y el gobierno tendrá que hacerse cargo de las instalaciones tras el certamen. Cabe mencionar, que el país más grande de Europa destinó 4.210 millones de Dólares a la construcción de los mismos, superando a Brasil 2014.
En la realización de cada uno los escenarios futbolísticos, La FIFA exige una capacidad mínima de 40 mil personas, excepto en los recintos de la inauguración y de la final, que deben tener 80 mil asientos para el público. Dentro de estas exigencias, el ente madre del fútbol tiene como gran prioridad la tecnología, teniendo las canchas que contar con cámaras y controles de accesos electrónicos para una mayor seguridad de los espectadores.
Además tiene como otro requisito el cuidado del medio ambiente y por eso pide la edificación de estadios sostenibles. ¿Qué implica esto? Esto conlleva a que los mismos tengan excelentes vías de ingresos, en donde las personas puedan llegar en transporte público o en otros medios alternativos para que no usen vehículos que emitan gases contaminantes.
El país anfitrión contará con doce estadios, el de mayor capacidad será el Luzhniki Stadium ubicado en Moscú y podrá albergar 81.066 personas. Allí se disputaran el partido inaugural, uno de semifinal y la fina. El que lo sigue en tamaño es el San Petersburgo Stadium con espacio de 68.134 lugares y se verán encuentros de fase de grupos, octavos de final, uno de semifinal y el de tercer puesto.
Los recintos anteriormente mencionados serán los más grandes, mientras que el Spartak Stadium (Moscú), Kazán Arena (Kázan), Mordovia Arena (Saransk), Samara Arena (Samara), Volgogrado Arena (Volgogrado), Rostov Arena (Rostov del Don), Estadio Fisht (Sochi), Nizhny Novgorod (Nizhny Nóvgorod), no contarán con asientos para más de 50 mil espectadores.
Finalmente, sólo dos estadios no superarán las 40 mil butacas, en primer lugar el Stadium Kaliningrado (Kaliningrado) y en segundo el Ekaterimburgo Arena (Ekaterimburgo), este último no fue construido a partir de cero, ya que se conservó su fachada del año 1953. Además, seguidamente a que finalice la Copa del Mundo el Anfiteatro será reducido a su capacidad inicial. El mismo tuvo que ser remodelado debido a que no cumplía con los requisitos de la FIFA con respecto a la cantidad de público, y por eso los arquitectos encargados del proyecto tuvieron que realizar dos tribunas por fuera de la estructura.
Juan Botta y Juan Manuel Jarupkin, 2do. A TM