En el Club Universitario de Buenos Aires, las mujeres hoy no ocupan el lugar que se merecen y no están en igualdad de condiciones con los hombres. No poseen derechos básicos como votar y ser electas para puestos directivos, y hasta tienen restringido el acceso a la sede que se encuentra en la calle Viamonte.
La comisión directiva de CUBA es quien impulsa un proyecto que refleja un cambio histórico para una de las instituciones más prestigiosas y tradicionales que se encuentran en Argentina. Todos los miembros tendrán la posibilidad de expresar su opinión en una asamblea para decirle sí o no a la reforma. En las urnas solo se contará con la decisión de los hombres, mayores de 18 años, ya que al no estar aprobada la reforma aún las mujeres no pueden votar.
El 11 de mayo de 2018 se cumplen 100 años de la creación del club, que cuenta con nueve sedes en las cuales se pueden practicar hasta 24 deportes, en los que se destacan el rugby, hockey y gimnasia artística. Los 4 años es la edad estipulada en la que se permite asociarse, y se registran 22 mil socios: 2000 socios vitalicios y 6000 son mujeres asociadas, según el diario La Nación. Entre sus socios más conocidos se encuentra Estaban Bullrich, que dio su opinión sobre el gran cambio que se aproxima. “Estoy muy de acuerdo en el cambio del estatuto y que las mujeres sean socias plenas. Para mí las tradiciones son muy importantes, pero la tradición de una institución social se basa en los valores que la sustentan y no en las implementaciones históricas y culturales que a medida que las sociedades evolucionan deben ir cambiando”, expresó el senador al diario La Nación.
Los detalles se están puliendo y la propuesta avanza firmemente para todos dentro del club. Uno de los cambios más significativos es el precio de la cuota mensual de la mujer, que paga menos que un socio pleno; se estipula que ronda los 1600 pesos, mientras que los socios adultos activos pagan alrededor de 2400 pesos por mes.
Se estima que hay alrededor de 700 jugadoras de hockey y unas 300 en gimnasia artística; incluso obtuvieron la capitanía en otras disciplinas. Dentro del equipo de golf se encuentra María José Coll, subcapitana, con más de 30 años de vigencia en el club. Coll sostiene que el cambio es positivo, sin importar el monto que deba pagar. «Desde el punto de vista cultural me parece que vale la pena el esfuerzo de pagar un poco más y convertirse en socias. Hace falta desde los papeles», comentó, y agregó: «Desde el estatuto es un club antiguo, pero desde la práctica es más moderno».
Los cambios en CUBA son inevitables. La mujer tomará tanto protagonismo como el hombre. Las tradiciones históricas que todavía se mantienen en los clubes como el Jockey Club, el Círculo de Armas y el Squash Club van desapareciendo de a poco. Todo se debe al contexto social en el que se ven envueltas la Argentina y varios países en el mundo, pero no todos coinciden o están de acuerdo con las nuevas políticas. Denominados como “La resistencia”, un grupo compuesto por veteranos de rugby y ex dirigentes escribieron una carta hablando sobre las mujeres socias. “Se fueron adaptando los reglamentos para que las mujeres adherentes siempre con sus familiares tuvieran el acceso a todos las sedes del club y puedan desempeñarse en todas las actividades en igualdad con el socio activo». «Hoy en día las mujeres cónyuges, hijas y nietas pueden participar sin discriminación alguna”, destacaron. “El Club ha sido dirigido por varones probos que lo han llevado a ser una de las Instituciones más prestigiosas de la Argentina, manteniendo una línea de conducta». «No olvidemos: el Club es aquello para lo cual fue creado; respetándose su idiosincrasia desde el 11 de mayo de 1918», comentaron en la carta a la cual accedió el diario La Nación.
Gabriel Cuello