«Juani» Cáceres es de Las Flores (BA) y tiene 25 años. Es especialista en K4x1000 y práctica kayakismo desde los 11 años. Cuando apenas tenia 15 años le detectaron que tenía Wolff-Parkinson-White, un síndrome que se caracteriza por una anomalía de la conducción eléctrica del corazón y la aparición de arritmias. Tuvo que operarse y los médicos luego de la segunda intervención, le dijeron que tendría una vida normal pero que jamás podría volver a realizar deportes. Recién en la tercera operación encontraron el problema puntual del síndrome y ya en la cuarta pudieron intervenirlo de manera exitosa a través de un cateterismo .El no se quedó con lo que dijeron sus médicos y consultó a otros especialistas que le dieron el okey para seguir haciendo lo que más le gusta: subirse a un bote y remar.
Hoy es uno de los kayakistas top del país y parece haber superado del todo esa enfermedad, ya que lo demuestra a la hora de contar y relatar todo con la naturalidad de una persona que jamás tuvo una complicación de salud. En exclusiva con Pirámide Invertida charló sobre su futuro, sobre la esencia del canotaje , reflejó algunos aspectos de su vida personal y describió cómo toma hoy todo lo que sufrió en su pasado.
-¿Qué te propones de acá en adelante para tu carrera?
Mis objetivos personales de lo que queda de este año y de todo el año que viene son seguir entrenando y mejorar para tratar de llegar de la mejor manera a las competiciones mas importantes como lo son los Juegos Odesur, las Copas del Mundo y por supuesto el Campeonato Mundial del año entrante que tiene mucho valor.
– ¿Influye mucho la parte mental a la hora de realizar este deporte? ¿Qué tipo de deporte es el canotaje ?
Si, influye porque se necesita mucha constancia y seriedad para obtener esos objetivos que uno se plantea. Para mantener el nivel es necesario tener la capacidad de disfrutar pero siempre tener la cabeza en su lugar. Para eso trabajo con mi psicólogo deportivo que me ayuda a mantener los pensamientos bastantes enfocados es lo que es el entrenamiento y la competencia. Es un deporte muy técnico y también físico ya que a veces se generan lesiones que generalmente son en el gimnasio por no hacer bien la entrada en calor o los ejercicios previos a la hora de levantar una gran cantidad de peso.
– ¿Qué te inspira más allá del deporte?
Lo primero siempre van a ser la familia y los amigos. Me gusta disfrutar de ellos cuando no estoy compitiendo. Disfruto de hacer cosas en mi ciudad y soy feliz cuando me junto a jugar al fútbol con mis amigos, que es otro de los «deportes» que cuando puedo lo hago.
– ¿ Te acordás hoy de todo lo que pasaste de chico o ya no le das importancia?
Siempre está presente, pero es una de las cosas que me ayudó a ser quien soy hoy, al superar eso me hice más fuerte de cabeza y maduré mucho de chico. También entendí que hay problemas que uno se crea y que en realidad son mínimos y que se pueden sobrepasar fácilmente. Haber pasado por 4 operaciones del corazón me enseñó a no tirar la toalla tan rápido. Soy un insistidor y creo que las cosas siempre se pueden dar a favor de uno. Como dice el refrán «no hay mal que por bien no venga». Por suerte casi nunca me acuerdo de eso, ya se curó, quedó atrás y ni pienso en que pueda llegar a pasar lo mismo o no. Solo lo recuerdo cuando me lo preguntan y ni siquiera me molesta, no me hace mal ni tengo ningún problema de hablar de eso.
Por Juan Cruz Barga y Pérez.