El museo de La Campana, llamado así desde sus inicios, contiene muchísimas historias guardadas; y para analizar su principio como tal, es necesario retroceder en el tiempo. Esta edificación, antes de funcionar como museo, fue creada alrededor de los años 1840, contexto en que las corrientes migratorias llegaban en su mayoría desde el viejo continente, con aspiraciones de sueños y futuro. Mac Clymont fue uno de los primeros colonos escoceses que se radicaron en la zona. Se cree que en 1842 Clymont construyó la vivienda dentro de la chacra que en ese entonces pertenecía a la estancia denominada “La Campana” (de ahí el nombre del museo) ubicada en la calle Dean Funes 1221; aunque esta información para Elías -el guia y encargado del mantenimiento del museo- termina siendo incomprobable.
Luego de más de 140 años y a comienzos de 1980, esta tierra fue adquirida por el municipio que presidia el mandato del comisionado Alberto Groppi, quien más adelante sería intendente. Ese mismo año se puso en marcha un proyecto que proponía la utilización del antiguo casco como un museo que refleje la historia de Esteban Echeverría y los pueblos aledaños. Es allí que un 10 de noviembre y bajo la bendición de un obispo, perteneciente a la ciudad vecina de Lomas de Zamora, se inauguró el espacio.
A nivel social, el lugar abarca distintos tipos de eventos y reuniones gratuitas para la comunidad. “El museo recibe anualmente varios tipos de shows tradicionales como los de Folclore, tango y danzas. Dada las condiciones por su espacio físico, se albergan grandes eventos con mucha comodidad; ese es el motivo por lo que la gente concurre y disfruta de nuestras instalaciones. Para nosotros es un honor que la gente venga y se encariñe con el museo al que tanto cuidamos”, expresó alegremente Elías, quien además de ser guia esporádicamente se dedica de lleno al mantenimiento del establecimiento.
El museo posee diez salas donde hay elementos característicos de la región, de distintas épocas. Se puede encontrar un sector exclusivo a las ciencias naturales, donde se pueden encontrar varios animales embalsamados. Entre ellos, un pollo de cuatro patas y el más importante: los huesos de un Glosoterio, ejemplar que solo hay cuatro existentes en la Argentina, uno de ellos en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata.
También, entre lo principal se puede encontrar una pulpería, en perfecto estado. En ella se pueden observar documentos antiguos, de los primeros fundadores del municipio de Esteban Echeverría, junto a distintos productos que se consumían en el siglo XIX y a los precios de las cosas que se vendían. Usualmente, va un gaucho para ofrecer bebidas a la gente.
Se puede ver además, como era un hogar en la antigua Argentina. Ya que el lugar posee un living y un dormitorio, con muebles, mesas, sillas, camas, muñecas, ropa, una pelela, relojes e incluso una secadora, ambientado todo en esa época.
Asimismo, se encuentra una maqueta, que muestra como es la actual localidad, diferenciándola de cómo era hace años. Hay fotos de la primera estación de Monte Grande, con escritos de los hermanos Parish Robertson, que fueron fundadores del partido.
Muchas de las piezas en este museo son únicas, pero lo principal (aunque haya algunas excepciones), es que la mayoría son del partido de Esteban Echeverría, por lo que uno si es del partido, o lugares vecinos, se podrá sentir identificado y disfrutará de la estadía.
Además de todas las muestras y figuras que podemos encontrar, el museo también ofrece distintos cursos, como por ejemplo: de herrería, soldadura, plomería, electricidad, cerámica y de espacios verdes. Todos estos son de carácter gratuito, pero para poder participar uno tendrá que anotarse previamente, en las fechas establecidas por el lugar.
Tomás García Catalini