Ariel Holan y su amor incondicional por el deporte lo llevaron a destacarse en dos disciplinas que de chico lo fascinaron, y a la vez revolucionó los métodos de la preparación competitiva de una manera poco comparable.
Comenzó su carrera, de más de cuatro décadas de trayectoria, al mando de diversos equipos de hockey sobre césped en Argentina, y festejó una medalla de bronce con la Selección Femenina de Uruguay en los Juegos Panamericanos, de Santo Domingo en el 2003.
Ése mismo año le sonó el teléfono rojo que tenía guardado como esperanza, y detrás del tubo estaba un tal Jorge Burruchaga, quién lo insertó en el mundo del fútbol como ayudante de campo en Arsenal de Sarandí. Tras desarrollarse en varios instituciones de Primera División le llegó su momento.
En el 2015 se puso las plumas del Halcón de Varela para estar al mando de un equipo de futbol profesional por primera vez. El juego realizado, y los números obtenidos impresionaron a propios extraños. Al tal punto, que dos años más tarde cumplió su sueño de pibe: Dirigir al club de sus amores, Independiente de Avellaneda.
Alejandro Ruzal, periodista de ESPN destacó: “Es un técnico que trabajo mucho, potenció tanto a las figuras como a los juveniles y juega de la misma forma que entrena, ese es un punto muy loable”.
“Ariel Holan fue una sorpresa”, expresó a su vez Gastón Edul, cronista de TyC Sports.
“El hincha se siente identificado con sus fornas, sacó al equipo al frente, y hoy se luce”, sintetizó Edul.
Holan es uno de los pocos que conoce como nadie la tecnología aplicada al servicio del detalle, hasta ver la imperfección más pequeña con un poderoso análisis y comprensión del juego. Con la carpeta en una mano y la redonda en la otra, a su lado una pantalla que emite imágenes del drone, y de frente a 11 jugadores como en toda su trayectoria.
Una producción especial de: Diego Zancarini, Esteban Gundín, Yoel Melamud, Lucas Di Nisio, Lucas Seminara, Mauricio Uscalovsky, Juan Pablo Acuña y Federico González.