En los momentos complicados, muchas veces la frustración y los obstáculos son considerados aquellos motivos por lo que un deportista toma la decisión de bajar los brazos y no continuar en la actividad. Sin embargo, existen otras realidades que reflejan un panorama totalmente diverso. Este es el caso de Andrea Berrino, una nadadora cordobesa que luchó cada paso que debió dar para hoy en día convertirse en una promesa nacional de la natación y en una charla con Pirámide Invertida contó cómo se repuso a distintas adversidades.
-Desde muy joven te trasladaste a Córdoba para consolidarte como nadadora. ¿Qué te motivó a seguir dicha disciplina?
-En un principio fui a Córdoba para curarme de una lesión y para estudiar el Profesorado de Educación Física. El primer año me lo tomé y no pude estudiar. Ese momento lo utilicé para recuperarme porque la rehabilitación era por las mañanas, pero desde un principio supe que quería ser nadadora por lo que me esforcé al máximo para estar bien y poder nadar.
En 2012 te habían recomendado no nadar más a causa de dificultades físicas. ¿De dónde tomaste tanta energía para seguir?
-Me dieron esa mala noticia a raíz de resultados negativos de ciertos estudios que me había realizado. Me recomendaron dejar de lado el entrenamiento de alto rendimiento. Pero vimos la posibilidad de tener en cuenta otra opción; fue enfocarnos en la rehabilitación como también en fortalecer los músculos y la columna durante dos años. En ese momento toda mi familia, mi fisioterapeuta y entrenador fueron muy importantes.
-¿En algún momento pensaste que no ibas a volver a nadar? ¿Cómo influyó Federico Rossi, tu entrenador, en una situación tan delicada?
-No, en ningún momento pensé en la posibilidad de dejar de nadar. Como es este deporte, con mi entrenador se formó un lazo de mucha confianza; confiaba plenamente en lo que él me decía junto a mi preparador físico y el resto de los médicos. Siempre estuve convencida en que no iba a dejar de nadar, que iba a enfocarme en recuperarme para poder seguir haciéndolo.
-¿Te imaginabas tener más de 20 medallas ganadas después de lo que pasaste?
-La realidad es que una no dimensiona lo logrado. Si bien eran objetivos establecidos después de grandes hazañas, como por ejemplo la semifinal que conseguí en el Mundial de Budapest, puede que en esos momentos uno mire atrás y comience a darse cuenta lo que consiguió. En mi caso lo valoro mucho más porque tengo presente todas las dificultades que debí atravesar y cuando uno es chico no se tiene tan presente estas cosas.
-En el Mundial de Budapest te consagraste como la segunda nadadora más rápida de América del Sur en 50m espalda ¿Cómo repercutió en vos ese logro?
-Para mí fue muy importante porque luego de quedarme afuera de los Juegos Olímpicos de Río era una revancha que necesitaba para poder demostrarme a mí misma que estaba para competir en el alto nivel.
-¿Cómo recordás los Juegos Panamericanos de Toronto?
-Fue algo increíble. Fueron mis primeros Panamericanos. Si bien no pude lograr mis objetivos la preparación fue muy buena, no conseguí bajar los tiempos que me había puesto como objetivo pero sí llegué a ser finalista en 50mts, 100mts y en relevos. La verdad es que fue mi primer torneo “grande” e internacional después de los Juegos ODESUR, por lo que todo se convirtió de gran magnitud y me faltaba esa experiencia de lo que se vivía en la pileta.
-¿Tenés algún referente dentro del mundo de la natación o fuera de él?
-En lo que respecta a la natación tengo como referente a Michael Phelps y a Katie Ledecky, que parecen que son de otro mundo. Pero la realidad es que son como nosotros. Y desde muy chiquita, en el ámbito nacional, mis ídolos siempre fueron Georgina Bardach y José Meolans.
– ¿Qué les podrías aconsejar a aquellas personas que comienzan esta disciplina, teniendo en cuenta todo lo que tuviste que atravesar?
-El alto rendimiento va a presentar muchos obstáculos a lo largo de toda la carrera, por eso uno tiene que tener los objetivos claros e ir en búsqueda de esa satisfacción. Es así, de esa forma hay que afrontar los obstáculos y poder pasarlos pero cuando no se puede lograrlo será el momento de atravesar otras complicaciones. Siempre hay que tener objetivos y metas para mantener una motivación constante.
-Habiendo superado tantas situaciones adversas, ¿cuál es tu próximo desafío?
Mi próximo objetivo a corto plazo es el Selectivo de diciembre para los Juegos ODESUR del 2018 y para ello vengo trabajando.
Por Lucas Cerrotta