El semillero ingles no da descanso. Ya se había consagrado en el mundial sub-20 celebrado en Corea del Sur venciendo a Venezuela en la final. Se nota que hay un proyecto a largo plazo para volver a la cima del futbol como en 1966. Aunque su selección mayor ya se encuentra clasificado al mundial, deja mucho que desear por su falta de figuras y, principalmente, de juego asociado.
Pero la final tuvo una remontada impresionante por parte de Inglaterra. Arrancaron ganando los españoles, dirigidos por Santi Denia, con una ventaja de dos goles convertidos por Sergio Gómez a los 10 y 31 minutos, pero los ingleses acortaron distancias antes del entretiempo por medio de Rhian Brewster, juvenil del Liverpool.
En el segundo periodo Inglaterra completó la fantástica remontada con goles de Morgan Gibbs White, Marc Guehi y un doblete de Philip Foden, con lo que rompió la hegemonía de Nigeria, que ganó los dos Mundiales Sub-17 previos.
Estas jóvenes promesas hacen soñar a toda Inglaterra. Pero los sub-17 dieron una muestra de carácter para bajar a un favorito como Brasil en semifinal y aplastando por 5-2 a una España que siempre es competitiva al hablar de seleccionados juveniles. Hay que resaltar las labores de algunas figuras del campeón. Rhian Brewster convirtió 8 goles durante el mundial, se llevó la bota de oro y el balón de bronce a casa. Philip Foden, mediocampista perteneciente al Manchester City, fue reconocido como el mejor jugador de este mundial. Guardiola puede dormir tranquilo que hay una joyita en la cantera de “Los ciudadanos”. Lo que hace más meritorio a esta jóven selección es que es la primera vez que Inglaterra logra levantar este trofeo. Y las primeras veces se disfrutan el doble.
¿Y Argentina? No clasificó para este mundial y quedó afuera en primera ronda de la categoría Sub-20. Hay que imitar algunos planes a largo plazo como se ve en algunos seleccionados europeos.
Martín Feijóo, Lucas Soto y Nicolás Albino