La maratón Tierra Avanza, más conocida como MTA, comenzó en el 2015, en la ciudad de Resistencia, Chaco. Este año se llevará a cabo el 12 de noviembre. En sus inicios había categoría de 2K, 5K y 10k. El año pasado se sumó los 15K y en esta tercera edición llegará hasta 21k. Fue destacada como un evento de interés deportivo y cultural al nivel municipal y provincial. Puede buscarse información por la web: www.tierravanza.com o sus redes sociales como @MaratonMTA. Pirámide Invertida pudo dialogar con Matías Villordo, de 30 años, que junto a Gabriela Arenas, de 28, son los coordinadores generales de la maratón.
-¿Cómo y por quiénes arrancó la idea de la maratón?
-Fue una iniciativa de la juventud del movimiento apostólico de Schoenstatt, que fue una idea para dar respuesta a una problemática: el hecho de satisfacer unas de las necesidades más básicas de los sectores más vulnerables de la provincia, como los comedores, merenderos. Entonces se nos había ocurrido armar algo mediante el deporte, ya que es una disciplina que une a todas las clases sociales, no tiene color político, no tiene religión. Pensamos en hacer una maratón, ya que con la misma mismo nos abocamos al cuidado de la salud. Le dimos la temática de que al participar a través de las inscripciones y sponsors nosotros podamos comprar zapatillas y donarlas a una institución. La idea principal era que sea algo inclusivo para todas las personas a través del deporte, y por eso surge la maratón. Cuando se trata de algo solidario las personas se unen, se prenden mucho para ayudar para una misma causa.
-¿Cómo eligieron el nombre Tierra Avanza?
-Le pusimos ese nombre porque tiene todo un significado. Tierra, al arraigo: al lugar al que pertenecemos, que todos somos uno, bajo un mismo planeta, nos hermanamos, nos igualamos, nos reconocemos todos como hijos de Dios. Avanza, sería avanzar por la causa del otro, no nos quedamos quietos si no que buscamos ir más allá, para mejorar la vida del que tengo al lado, y también mejorar la mía, sentirme útil para hacer cosas que ayuden a los demás.
-¿Quiénes las integran? ¿Reciben ayuda de instituciones externas?
-La organización en sí está integrada por personas que se encuentran en el movimiento de Schoensttat. Estamos divididos en varios equipos, que se encargan de tareas diferentes para llevar acabo el evento. Se recibe ayuda externa en cuanto nosotros ofrecemos publicidad a través de las plataformas online y las redes sociales. También con cartelería, banners y flyers y las empresas se van prendiendo; el auspicio tiene un costo y nosotros le brindamos el medio publicitario donde ellos pueden poner su marca. Al ser una maratón muy convocante reciben apoyo del municipio de Resistencia, del gobierno de la provincia de Chaco y de la cámara de legisladores.
–¿A quiénes ayudaron en las ediciones anteriores de la Maratón?
-En el primer año, 2015, ayudamos a una institución Quom con chicos de 11 a 18 años, en un lugar que se llama Villa Bermejito, en un paraje denominado el Colchón, donde se donaron zapatillas a más de 100 chicos y también ese mismo año donamos zapatillas a un Jardín que se llama Fe de Alegría que está en Resistencia. Fueron alrededor de unos 50 a 60 chicos. En el 2016 reglamos 200 zapatillas a dos merenderos, uno se llama Merendero de Claudia, ubicado en Resistencia, y el otro Merendero de la Abuela, que se encuentra en Barranquera. Este año 2017 tenemos pensado obsequiar a un merendero que se llama Frijolito, que está en Barranquera, y otro que está en la comunidad del Cura Brochero, en Resistencia.
-¿Cuántos participaron en la primera maratón y cuántos inscriptos se esperan este año?
–En la primera hubo más o menos 1200 participantes, en la segunda 1000 y en esta apuntamos a 1500.
-En la categoría de 2 km permiten la integración de personas que quieran participar para ayudar pero que no pueden hacerlo en las demás categorías. ¿Sería más bien amateur esta distancia?
-La categoría de 2K es una marcha heroica, en la que puede participar cualquier persona que quiera sumarse a la causa: pueden caminar, pueden pasear con sus bebes, ya que en las ediciones anteriores iban las madres con sus cochecitos y niños con los padres caminando. En esta categoría se inscribe la mayoría de las personas, ya que tiene un promedio de 500/600 participantes.
-¿Reciben donaciones sin que tengan la necesidad de correr?
-Sí, se recibe donaciones, tanto en forma dineraria, ya que tenemos una cuenta que puedan depositar, como también en una caja el día del evento, donde pueden aportar donaciones. Aparte recibimos alimentos no perecederos para poder aportar algo más a los comedores y merenderos donde se donan las zapatillas.
-¿Cuál sería su gran meta o cuán lejos les gustaría llegar con las próximas maratones?
-Nuestra gran meta es que esto pueda crecer aún más, que la maratón sea conocida a nivel nacional, más que nada por la media maratón que se implementa este año de 21K, que es la primera y única del nordeste. Para que mucha gente pueda seguir sumándose, especialmente puedan venir personas de otros países como ya tuvimos de Paraguay y Brasil. En un futuro ojalá podamos asociarnos a la Asociación de Maratones y pueda convertirse en oficial, para darles puntos a los participantes y que los acumulen en su ranking nacional.
-¿En la tercera edición tenés preparado algo más?
-Este año implementamos la villa MTA, es un espacio en el que vamos a poner varios stands, como una especie de jornada solidaria, en el que va a ver atracciones circenses, magos, artistas que pinten en vivo, personas para concientizar en el cuidado del medio ambiente. También el turismo, ya que la idea es exponer y sacar a flote o relevancia lo lugares lindos para recorrer y las cosas que tenemos. También habrá un barbero, que hará arte cortando las barbas, haciendo dibujos en la misma. La idea es que esto sea un aporte solidario, se subasten las cosas para que vaya al fondo común de los merenderos y comedores donde se van a mandar las zapatillas. También este año convocamos al Coro Qom Chelaalapi, que va a participar y es muy conocido, y habrá bandas en vivo. La idea es traer lo autóctono.
Eduardo Somma y Juan Schwartzman