Para muchos, el “Elefante Blanco” es un edificio familiar o una película donde actuó Ricardo Darín, sin conocer la verdadera historia y no saben qué función tiene o tuvo en un pasado: fue un intento de hospital (de los más grandes de Latinoamérica) que está abandonado hace aproximadamente 70 años y que está abandonado dentro de Ciudad Oculta, en Villa Lugano. Este año, luego de muchos proyectos y planes, esta torre histórica de 14 pisos será demolida para construir el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del Gobierno de la Ciudad.
En 1938 comenzaron las obras para lo que iba a ser el Instituto de la Tuberculosis pero años más tarde las obras se frenaron. Durante las dos presidencias de Juan Domingo Perón se retomaron para construir el hospital más grande de Latinoamérica, pero por falta de fondos y a raíz del derrocamiento del presidente el Elefante Blanco quedó abandonado, dándole sombra a todo el barrio. Hay varias opiniones divididas en los vecinos sobre lo que pasó y lo que pasará. Elida, de 68 años, le comentó a Pirámide Invertida: “Vivo a pocas cuadras del Elefante desde hace 30 años y la verdad que me parece un desperdicio que un lugar tan enorme esté así de abandonado. Creo yo que si esto hubiese pasado en Recoleta o Palermo se habría solucionado antes. Por suerte últimamente, con los próximos Juegos de la Juventud que se van a realizar en 2018, se acordaron de Lugano y vamos a poder tener una mejor infraestructura”.
Con el fin de integrar a los barrios más precarios e incluirlos se puso en marcha este proyecto, como también se hizo en Retiro en las villas 31 y 31 bis, donde se instalará el ministerio de Educación (ya se compraron los terrenos). En Ciudad Oculta desde el gobierno proyectan arrancar con la construcción en octubre de este año. El inconveniente que frenó estos meses la demolición fue que hay varias familias que falta reacomodar. “Va a ser difícil no tener a ese ‘monstruo’ cerca de mi casa, ya es un icono del barrio pero me parece que si se logra reacomodar a todas las familias que están cerca del edificio es una buena medida y una buena idea para incluir a la sociedad a los barrios más pobres, que están claramente marginados de la sociedad”, sentenció Rubén, otro vecino de Ciudad Oculta que ve con buenos ojos el proyecto del Gobierno de la Ciudad.
Según fuentes cercanas al Gobierno, el costo de esta gran obra que no solo implicará la demolición del edificio sino también la construcción de uno nuevo (que será de 3 pisos para seguir con la altura de las casas del barrio) y la creación de una plaza en las adyacencias del ministerio, será de $500 millones. Pero hasta que se solucione la situación de las, aproximadamente, 40 familias, no se podrá realizar ninguna obra; sucede que varias de estas familias tienen la pared de su casa apoyada o muy cercana a justamente al “gigante” y la caída de algún escombro podría causar daños fatales a los vecinos.
Ciudad Oculta espera renacer debajo de los escombros y que aparezca el sol en todo el barrio y en las familias.
Lucas Coyette y Dario Hilzerman