“Estoy muy decepcionado por no estar a la altura de las expectativas”, declaró Marcelo Bielsa al caer nuevamente en la Ligue 1. Esta vez, a manos del Mónaco de Falcao que le propinó una goleada por 4 a 0. Simplemente no funciona. No se ve la idea que “El Loco” le supo a dar a otros humildes equipos como el Atlético de Bilbao o el ya nombrado Marsella y que tanto éxito le dieron.
Pero, ¿Por qué no pudo inculcar su idea en este equipo? Es inevitable compararlo con el otro plantel francés que dirigió en la temporada 2014-2015, con el cual fue “campeón de invierno” como le dicen en Europa. Marcelo llegó al Olympique y se encontró con un plantel que tenía jugadores maduros y listos para competir al máximo nivel (N´Koulou, Mandanda, Payet, Gignac) complementado por jóvenes figuras con necesidad de experiencia (Thauvin, Batsuayi, Imbula). Más allá de un flojo arranque, consiguió ocho victorias seguidas que lo ubicaron en la cima de la liga francesa en la primera mitad del torneo. Ahí se ve la primera diferencia, Lille posee un plantel con un promedio de edad de casi 22 años. Parece ser un plan a largo plazo de Bielsa ya que, al llegar, le dijo a una estrella como Vincent Enyeama (portero titular desde su llegada en 2013) que no iba a ser tenido en cuenta en esta temporada para darle espacio a un joven arquero francés.
Por otro lado, Les dogues tiene una gran falla a la hora de tener el balón. Algo que caracteriza al técnico argentino, es la fluida circulación de la pelota hasta encontrar los espacios para atacar y lastimar al rival. Pero de los siete partidos jugados hasta ahora, solo en el debut logró doblegar al contrincante en porcentaje de posesión. Es algo fundamental que necesita aprender el Lille para poder, finalmente, lograr algunas victorias y cambiar es estado actual del club.
Pero esto recién empieza, este equipo necesita rodaje y experiencia para sacar a relucir el verdadero nivel que pueden llegar a tocar este joven plantel. Eso sí, hay que reaccionar a tiempo que de a poco el descenso o la promoción se va a ir transformando más en una realidad que en un sueño lejano.
Martín Feijóo, Lucas Soto y Nicolás Albino