Gracias a la iniciativa impulsada por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, cientos de personas pudieron presenciar gratis la versión completa de la obra El lago de los Cisnes, el 21 y 22 de septiembre en el Anfiteatro Eva Perón, ubicado en el Parque Centenario. Ambas funciones comenzaron a las 20 en punto y tuvieron una duración de dos horas.
No es necesario ser conocedor o admirador del ballet para poder disfrutar de esta obra clásica, y eso se debe a que este cuento de hadas-ballet se ganó el reconocimiento mundial hace ya muchos años. Su fama la hizo trascender más allá del ballet y provocó que esta pieza apareciese en otros ámbitos de la cultura popular, desde la literatura hasta el cine. Pero, ¿cómo nació este clásico?
La composición de El Lago de los Cisnes data de 1875 en Rusia. A Piotr Ilich Tchaikovski, el compositor de la música de la obra, le fue encargado este ballet aunque él no estaba muy familiarizado con la danza clásica. Fue su ópera número 20 y la primera composición que hizo para ballet. La obra, que está estructurada en cuatro actos, se estrenó en el Teatro Bolshói de Moscú el 4 de marzo de 1877 con la coreografía original de Julius Reisinger y el libreto de Vladímir Béguichev y Vasily Geltser, quienes se basaron en el cuento alemán de Johann Musäus, El velo robado para las líneas generales del ballet. Debido a varios desacuerdos técnicos entre las partes y a la pobre producción, ni al público ni a la crítica le gustó la obra, pero esto cambiaría.
El 15 de enero de 1895, casi 18 años después de su estreno en Moscú, la obra fue presentada en el Teatro Mariinski de San Petersburgo donde logra su primer gran éxito. Con una coreografía renovada a cargo de Lev Ivanov y Marius Petipa, la función asombró al público. A partir de ese momento, la fama de El Lago de los Cisnes no dejaría de crecer, hasta convertirse hoy en día en uno de los títulos de ballet de mayor reputación y en una de las exposiciones artísticas más espectaculares de la historia.
El Ballet de San Petersburgo, que también se presentó en el Teatro Gran Rex el pasado 16 de septiembre, cuenta con más de treinta bailarines y bailarinas, y fue el encargado de interpretar de manera excelente la pieza. Con una coreografía llena de grandes trucos más la emoción y profesionalismo de los protagonistas, el conjunto hipnotizó al público que no pudo evitar quedar maravillado ante tan ilustre espectáculo. El grupo es dirigido artísticamente por Manushkin Alessandri quién fue compañero de Mikhail Barýshnikov, el prestigioso bailarín ruso, en el Teatro de Ópera y Ballet Kírov. La compañía de danza pertenece a la escuela de Volgogrado; la más antigua escuela de ballet de San Petersburgo, de la cual salieron figuras como Rudolf Nuréyev y el propio Barýshnikov.
El espectáculo fue una cita atractiva y una buena alternativa para la gente que buscaba entretenimiento.
Por Ignacio Barba