Rodrigo Delgadillo tiene 26 años y es de El Calafate. En 2015 fue elegido el «Jugador destacado del año» y terminó en el puesto 40 del ranking nacional. Actualmente juega en la División de Honor de FETEMBA (Federación de Tenis de Mesa de Buenos Aires y Conurbano) representando a Macabi y es entrenador en San Lorenzo. Habló con Pirámide Invertida y se refirió al apoyo que recibe el deporte a nivel nacional, a su sueño de representar a la Argentina y a la diferencia con el tenis de mesa asiático.
– ¿Cómo fueron tus comienzos en el tenis de mesa?
– Arranqué a los 17 años jugando en los recreos en el secundario. Nos matábamos para ver quién quedaba en la mesa y un día un amigo me invitó a un gimnasio en donde enseñaban un poquito. Hubo un profe que me llevó a un torneo; éramos un montón de chicos y de todos esos quedamos dos y yo fui el que se quedó entrenando.
– ¿Cómo es tu preparación antes de salir a jugar en un torneo?
– La noche anterior hay una cena muy liviana y trato de descansar bien. Al otro día busco levantarme temprano, desayunar fuerte y estar relajado. Yo en lo particular escucho música, analizo un poquito a mi rival cuando está en la entrada en calor y hago un buen calentamiento antes de la competencia.
– ¿Cuál fue el torneo más importante que conseguiste?
– El más importante para mí fue el año pasado, con Macabi. Ganamos la Liga de Equipos de FETEMBA. Eso nunca se había dado y más al equipo que le ganamos. Me tocó ser bastante protagonista en la serie. La verdad, ese torneo lo tengo súper marcado.
– ¿Qué sensaciones te quedaron del subcampeonato obtenido en la Copa Ciudad de Buenos Aires?
– Como siempre queda un poquito de frustración y de bronca, pero eso fue previo a las finales de la Liga. Nosotros sabíamos que teníamos revancha pronto, pero justo llegar a la final ya era histórico para nosotros, ya que hay un par de equipos que son muy históricos acá en la Federación y que Macabi esté metido entre ellos era espectacular.
– ¿Qué les faltó para lograr ese campeonato de la Copa Ciudad de Buenos Aires?
– Nos faltó un poquito de suerte en los cruces porque se juega con un sistema parecido al de Copa Davis en tenis, pero en el cual vos no sabes contra qué rival te puede tocar. Por ahí te toca el jugador más difícil de ellos y vos ponés a tu mejor jugador y es un punto que ya perdés. No tuvimos mucha suerte en ese aspecto y sinceramente el otro equipo, a esa altura del año, tenía jugadores de un poquito más de nivel.
– ¿Para vos es un sueño representar a la Argentina?
– Si, obviamente. Yo lo que me replanteo, a veces con un poco de bronca, es no haber empezado antes en este deporte. Quemé varias etapas en poco tiempo, pero la mayoría de los chicos se destacan cuando son más chiquitos, en las edades tempranas. Yo creo que si empezaba de más chiquito iba a ser más fácil destacarme y, obviamente, representar a la Selección.
– ¿Crees que ya no tenés chances o siempre hay una ventana que se abre?
– Oportunidades hay y las ganas están. Esto conlleva a que el tenis de mesa es cada vez más profesional en Argentina. Los chicos le están dedicando cada vez más tiempo y hay cada vez más apoyo y se está complicando porque el nivel va creciendo y eso es bueno. Mi objetivo principal es en algún momento poder representar al país aunque sea en algún Sudamericano. Yo creo que estoy cerca, pero me está faltando un poquito más de apoyo en el circuito nacional.
– ¿Tiene poco apoyo a nivel nacional el tenis de mesa?
– Vos para llegar a integrar la Selección tenés que jugar mínimo el 70% de los 12 torneos importantes a nivel nacional en el año. No hay muchos sponsors, te los tenés que pagar vos y la verdad es complicado eso. Si vos jugás todos esos torneos, sumás puntajes y llegas a los selectivos de fin de año y, obviamente, están los 12 mejores del país que es difícil ganarles.
– ¿Cómo lo ves a la Argentina a nivel Sudamericano?
– Argentina en los últimos años mejoró muchísimo. Se ve un laburo muy serio en las categorías Infantiles y en los Juveniles. Es más, tengo alumnos que ahora están de gira por Europa y que están preparándose para los Juegos de la Juventud del año que viene. La verdad es que el nivel que están teniendo es impresionante. Antes un chico no jugaba así. Obviamente nuestro rival a vencer siempre es Brasil, pero es una cuestión de apoyo, de dinero y de infraestructura que todavía sigue faltando en el país.
– ¿Ese es el motivo por el que vemos a la Argentina lejos a nivel mundial?
– Por ejemplo China hace varios años que domina el tenis de mesa. Juegan a otro deporte, a otra cosa. Allá hay mesas en todas las plazas, en todos los colegios, juega todo el mundo, hay torneos súper importantes. La liga de ellos es mucho más fuerte que un Juego Olímpico. A los europeos los argentinos le pueden hacer pelea; pero contra los asiáticos es muy complicado porque son 100% profesionales. Y acá faltan un par de años para que pueda ocurrir eso y que un jugador pueda vivir del tenis de mesa.
– ¿Qué consejos le darías a los chicos que recién están comenzando?
– Primero, que se acerquen al tenis de mesa porque es un deporte hermoso en el cual no solamente competís. Aprendes hábitos, respeto, generas muchísimos amigos y es práctico; una mesa se puede instalar en cualquier sector. Yo diría que sí tienen una mesa en el colegio, jueguen en los recreos, que puedan organizarles talleres, que se acerquen a los clubes y que participen en torneos porque eso va a ayudar a que cada vez seamos más . Que lo vean como deporte, porque muchas veces no es considerado así, piensan que es un pasatiempo de garaje y si te lo tomas como deporte, es genial.