Tomás Cascallares.
Donald Trump firmó una orden ejecutiva autorizando la construcción del muro ubicado en la frontera sur, hecho que ya se preveía desde antes de asumir.
“Lo que estoy haciendo es bueno para Estados Unidos”, declaró Trump en una entrevista con la cadena ABC; y además, manifestó que la fundación del cerco será financiada inicialmente por Estados Unidos, pero que posteriormente conseguirá que México reembolse el 100% del costo.
Cabe destacar que el presidente norteamericano intimó a su par del país vecino acerca de que si ellos no pagan la construcción de la pared, podría disolver el tratado de libre comercio de América del Norte (TLCAN), en el que también se incluye Canadá, debido a que el magnate estadounidense cree que los mexicanos son los más favorecidos y define este tratado como un convenio unilateral.
“México no está feliz, pero tal como dije: hicieron mucho dinero por muchos años y nadie los molestó. Vamos a cambiar eso”, aseguró el mandatario.
Las consecuencias concretas que puede llegar a tener este suceso recaen sobre varios asuntos: la migración (especialmente acecha sobre las vidas en peligro de aquellas personas que diariamente intentan llegar a EE.UU); la inseguridad (expertos creen que un muro de cuatro metros de altura como el que propone Trump resultaría inútil ya que los traficantes cuentan con múltiples maneras de evadirlo); el medio ambiente (preocupa la interrupción de cauces de agua, y, según estudios realizados en la última década, la vida de muchas especies está en peligro por la presencia de este muro); economía (cada día cruzan la frontera unos 300.000 autos, y un millón de personas que trabajan, estudian o visitan, relacionándolo con el turismo, además de 15.000 camiones de transporte pasan por ahí, con una permuta comercial en la frontera de un millón de dólares diarios, según un centro de estudios independiente de EE.UU).
A pesar de todos los conflictos que trae al levantamiento de esta muralla fronteriza, la máxima autoridad de los Estados Unidos seguirá insistiendo para poder cumplir con su mayor desea desde su candidatura. “México es el país con más crimen del mundo”, justifica Donald Trump. Por su parte, Enrique Peña Nieto, presidente mexicano, niega rotundamente que sea quien pague la cimentación. La lucha promete continuar mientas que ambos estados se enfrentan cada día más ante cada declaración.