El 7 de Julio del año 2000 no iba a ser un día más para la historia de Juliana Crededio. Fue la fecha en la que fue sometida a un trasplante de hígado, el cual se transformó en histórico, ya que con un mismo órgano se pudo salvar dos vidas. Sí, la porción más chica fue para la joven atleta y la otra para un adulto que también lo necesitaba con urgencia. Poco de esto le importó a Juliana para poder ser una brillante deportista. Es que hasta aquí lleva disputados dos Juegos Mundiales de Trasplantados y obtuvo 8 medallas. En su relato con Pirámide Invertida Juliana cuenta como es su entrenamiento, que fue lo que la llevó a practicar esta disciplina y lo agradecida que está al Hospital Garrahan.
-¿Qué te cuenta tu familia sobre la operación? El antes y el después.
-Si bien nací en perfectas condiciones, al mes me detectaron una insuficiencia en mi hígado realizando una interconsulta en el Hospital Garrahan, en donde corroboraron que tenía una mala formación en las vías biliares. Esto provocó que en 3 meses de estudio mi hígado se pusiera totalmente cirrocico y eso derivó en la necesidad de pensar en un trasplante. Me realizaron una intervención a los 3 meses sin tener un resultado positivo y a los 7 meses de vida un trasplante hepático. Para mis padres todo era una pesadilla. Después de 17 horas de quirófano y de saber que al ser un bebé tenía poca probabilidad de vida, pude salir adelante de una manera que ni los médicos creían posible.
-¿Qué tan importante fueron para vos el Hospital Garrahan y el doctor Oscar Imventarza?
-Mis padres desconocían totalmente del tema. Llegar al Hospital Garrahan les dio toda la seguridad de que mi vida estaba en buenas manos. Puedo decir que el Garrahan es mi segundo hogar y me va a costar mucho cuando me tenga que despedir al cumplir la mayoría de edad. El doctor Imventarza y su equipo le dieron a mis padres toda la seguridad y la contención necesaria para transitar por este duro camino. Sabían que eran unos profesionales de excelencia y tenían todo el conocimiento y la infraestructura para que mi trasplante se realizara con éxitos poniendo a Dios como guía en todos sus pasos.
-¿Qué te llevó a practicar atletismo y cómo llegaste al mundial a representar al país?
-Cuando estaba en el colegio primario me ofrecieron competir en los intercolegiales. Salí segunda en los 100 metros pero no le di mucha bolilla. En el 2015 la coordinadora de Cucaiba Filial Mar del Plata me informó que existían los Juegos Nacionales para Deportistas Trasplantados, Si bien yo no realizaba atletismo como una disciplina deportiva, siempre correr me dio satisfacción aunque lo realizaba en forma amateur. En mi primer nacional mi objetivo fue solo hacer un buen tiempo porque era mi primer torneo, pero con el tiempo que obtuve pude clasificar al Mundial que se realizó en Mar del Plata y a partir de ahí incorporé el atletismo como una disciplina deportiva llegando así para a clasificar para el Mundial en Málaga 2017, en donde me fue muy bien. Gané el oro en los 200 metros, plata en Salto en largo y 100 metros llanos y en una posta de 4×100.
-¿Cómo es la rutina de entrenamiento que realizás?
-Entreno tres veces por semana con mi preparador físico. Por la tarde en la pista y gimnasio todos los días por la mañana, excepto los sábados y domingos, ya que dedico mi tiempo a disfrutar de la vida con mi familia y mis amigos.
-¿Te imaginabas hace unos años ser campeona mundial?
-En ningún momento imaginé esta nueva etapa en mi vida. Hace dos años que cambié por completo ya que mi rumbo se modificó a partir de que encontré esta hermosa manera de honrar la vida haciendo deporte y llevando mi mensaje de que donando los órganos se salvan vidas y que nos permite disfrutarla al máximo de ella.
-¿Qué dice tu familia y tus seres queridos del presente que estas viviendo?
-Para mis padres es una realidad soñada. Me apoyan en cada decisión que tomo y me incentivan para lograr mis notas, ya que ahora las lágrimas son de felicidad. Están muy orgullosos de mi, de ver como me supero día a día y me comprometo para llevar mi mensaje de solidaridad hacia el prójimo.
Juliana compitió en dos mundiales y sus rendimientos le valieron ocho medallas. En el Mundial para Deportistas Trasplantados de Mar del plata 2015 ganó el oro en 100 metros llano, en 200 metros de velocidad, en lanzamiento de pelota y obtuvo la medalla de plata en salto en largo.
Por Ignacio Rodríguez