La violencia doméstica es una problemática mundial casi tanto como la de género, que no parece tener una solución inmediata debido a lo amplio y a la vez particular que es dicho tema. Sin embargo, distintas organizaciones o mismo personas de forma individual intentan aportar su ayuda de distintas maneras.
Uno de estos casos es el de una tatuadora rusa llamada Evguenia Zakhar, quien se inspiró en la obra “A Pele da Flor” de la brasileña Flavia Carvalho, quién cubría las cicatrices de las mujeres víctimas de la violencia doméstica con flores de colores y comenzó a hacer lo mismo pero sobre la piel de sus clientas.
Zakhar empezó a ofrecer sus servicios para este tipo de casos de forma gratuita a través de la red social rusa Vkontakte, y en menos de seis meses recibió en su local -ubicado en Oufa, la capital de la República de Bashkortostan- más de 200 mujeres que se impregnaron de este tipo de tatoos para tapar las marcas y aliviar la pesada carga emocional que llevan con ellas mismas.
Para la artista rusa el trabajo convencional de los tatoos quedó en segundo plano desde que comenzó a realizar este tipo de tatuajes, ya que para ella es una misión ayudar a las mujeres de esta manera: «Además de ayudarlas, dejo mi marca en el mundo. La mayoría de mis clientas son más jóvenes que yo y, cuando me vaya, seguirán llevando mis tatuajes y eso les recordará que un nuevo comienzo es posible», expresó.
De todas formas, Zakhar reconoció que no le resultó nada fácil asimilar las realidades de sus clientas: “Al principio fue terrible oír todas estas historias, pero poco a poco aprendí a escuchar. Ahora, incluso les sugiero que cuenten sus historias una última vez, antes de dejarlas atrás para siempre cuando el tatuaje se termina», comentó.
Con vista al futuro, la tatuadora realizará un recorrido por todo el país con la intención de ayudar a las mujeres de otras regiones, para luego expandirse aún más yendo hacia el exterior: “Las víctimas ya vienen de toda la región para conocerme. Pero me gustaría hacer aún más, y por qué no viajar yo misma para alentar a los artistas del tatuaje en otras provincias de Rusia, incluso del extranjero, a hacer lo mismo», culminó con entusiasmo.
Juan Manuel Meza