El pasado 25 de junio, promovido por la Organización Mundial de la Salud, fue el Día Mundial del Vitiligo y se recurre a esta fecha para generar conciencia sobre una enfermedad de la que aún no se conoce el origen y que afecta al 2 por ciento de la población mundial.
¿Qué es el vitiligo? Se trata de una patología cutánea, un trastorno en la pigmentación que padecen personas como el cantante Charly García, por ejemplo. Es una enfermedad adquirida, no contagiosa, y crónica, cuya evolución no puede predecirse y que tiene como consecuencia la aparición de manchas blancas en la piel por destrucción de las células que producen la pigmentación.
La aparición de estas manchas se puede dar en cualquier etapa de la vida, aunque con mayor incidencia entre los 10 y 30 años. Aún se desconoce el origen y, en muchos casos, se presenta asociada a enfermedades autoinmunes y endocrinológicas. En otros casos se vincula a factores emocionales y situaciones de estrés.
Los pacientes con vitiligo presentan en general múltiples manchas, de distinto tamaño y distribución que aparecen más seguido en las áreas de mayor pigmentación y exposición al roce.
El vitiligo puede ser clasificado en dos formas. No segmentario: Desorden de pigmentación crónico, adquirido, caracterizado por máculas y parches blancos, frecuentemente simétricos, que generalmente aumentan progresivamente de tamaño. Segmentario: Afecta parcial o totalmente un segmento cutáneo.
Al no conocerse una causa específica, plantea un gran desafío para el médico al momento del diagnóstico, tratamiento y acompañamiento del paciente. Aunque no es una enfermedad de riesgo, sí afecta la normal socialización de los pacientes que, en muchos casos, se sienten discriminados, observados o incluso excluidos.
Es recomendable al momento de encarar el tratamiento, trabajar con un equipo multidisciplinario de dermatología, endocrinología y acompañamiento emocional.
En la actualidad los tratamientos más utilizados son los corticoides tópicos, inhibidores de la calcineurina y la fototerapia. Es fundamental, además, comprender la importancia de cuidar la piel del sol todos los días del año con un factor solar mínimo de 30 entendiendo que quienes padecen vitiligo tienen más posibilidades de sufrir quemaduras solares en las zonas despigmentadas.
Santiago Nicolas Carullo