El ómnibus de la tragedia en Mendoza, ocurrida el 25 de junio último, no estaba habilitado. Así lo informó la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT) mediante un comunicado. El organismo anunció, además, que demandará a la empresa ante la Justicia.
La CNRT también agregó: «De acuerdo con la información preliminar, el micro volcó en la Ruta Nacional 144, a la altura de Los Caracoles de la zona de Cuesta de los Terneros, habiendo partido de un punto desconocido y tomado rutas alternativas para evadir los controles planificados. Las pericias para determinar las causas del accidente están en curso».
La habilitación del vehículo, patente EEZ673, había sido dada de baja el 12 de diciembre del año pasado. Los choferes del micro, en tanto, tienen licencia nacional habilitante vigentes.
En el accidente, al menos 15 personas murieron y 23 resultaron heridas. La mayoría de las víctimas son bailarines menores de edad del Soul Dance Studio, de Gran Bourg. Del total de los pacientes que se recibieron en el hospital sanrafaelino luego del siniestro, 21 se encuentran todavía internados, a razón de 17 en el Hospital Schestakow, tres en la Policlínica Privada de San Rafael y una niña en el Hospital Humberto Notti, de Mendoza Capital.
En febrero de 2016, el Club Atlético Huracán sufrió un accidente en una ruta de Caracas, Venezuela, cuando el micro que los transportaba se quedó sin frenos y volcó en una rampa de emergencia de la autopista Caracas-La Guaira. Solamente resultaron heridos los jugadores Patricio Toranzo y Diego Mendoza.
Pero uno muy parecido al reciente en la ruta mendocina fue la recordada tragedia de Ecos, hace 8 años. El accidente ocurrió el 8 de octubre de 2008 en la ruta nacional N° 11, cuando un camionero alcoholizado se desvió de su carril y, a contramano, chocó contra el ómnibus que transportaba a los alumnos y docentes del colegio porteño Ecos. Murieron nueve estudiantes, una docente, el chofer del camión y su acompañante.
Sergio Levín es el papá de Lucas, uno de los chicos que murió en la tragedia de Ecos, y en diálogo con «Más despiertos de LN» dejó un claro mensaje: “En la Argentina estamos acostumbrados a no respetar las normas impuestas por el Estado, las cambiamos por las prácticas, por las que nos convienen. No nos damos cuenta de que el solo hecho de haber usado del cinturón podría haber salvado cualquier cantidad de vidas».
Marcos Segovia