Por primera vez desde que llegaron a la Patagonia los castores canadienses -a mediados del siglo XX-, se realizó un mapeo a fondo para determinar la población de esta especie en la región.
La investigación fue llevada a cabo por la FAUBA (Facultad de Agronomía de la UBA) y dejó un resultado sorprendente: en Tierra del Fuego se detectaron no menos de 70 mil diques fabricados por los castores, que impiden el flujo de los ríos y modifican la composición y el funcionamiento del ambiente, alterando el ecosistema.
En consecuencia, estos muros que acumulados llegan a una longitud de 2300 kilómetros, producen una inundación de unos 100km2, cuando los ríos crecen debido a las incesantes precipitaciones o al deshielo de los glaciares, como por ejemplo el conocido Martial.
«Anteriormente se habían realizado muestreos en áreas determinadas, pero no se había llevado a cabo un relevamiento exhaustivo de toda la superficie de la provincia. Nosotros hicimos ese trabajo y, al finalizar el conteo, no lo podíamos creer. Nos sorprendió muchísimo el número de diques», le comentó al sitio de divulgación «Sobre la Tierra» Ana Eljall, una de las investigadoras.
Asimismo, la profesora y directora del estudio, Karina Hodara, agregó: “Hay investigadores que señalan la presencia del castor como el impacto más grande generado sobre los bosques andino-patagónicos en la etapa geológica actual. Es un disturbio inédito y de una enorme magnitud”.
A su vez, los especialistas remarcaron que la expansión descontrolada de esta especie de castores se dio gracias a la falta de un depredador o enemigo natural, la gran disponibilidad de recursos naturales y las similitudes del ambiente de la provincia con su original hábitat en América del Norte.
Con respecto a una posible solución a este problema, aún no se ha encontrado una; por eso, Eljall mostró su preocupación ya que se registraron castores en el norte de Ushuaia, región en la cual si bien no existiría un ambiente ideal para esta especie, ya estarían adaptándose. Se teme que la expansión de estos animales pueda llegar incluso hasta Santa Cruz.
Juan Manuel Meza