El seleccionado Sub 20 de Nueva Zelanda, más conocido como los “Baby Blacks”, vencieron en la final de Mundial de esa categoría a Inglaterra, el último campeón, por 64 a 17 en el Mikheil Meskhi Stadium de Tbilisi, Georgia, y se adjudicaron su sexto título desde el cambio de formato en el año 2008.
Los neozelandeses no tuvieron piedad ante el equipo inglés, lograron diez tries, de los cuales tres fueron del hooker Asafo Aumua y al descanso ya se encontraban 40-7 en el marcador. De esta manera, los oceánicos alcanzaron la media de 62 puntos en sus cinco partidos disputados en este Mundial. En su grupo finalizaron con quince puntos, tras vencer a Escocia por 42-20, a Italia por 68-26 y a Irlanda por 69-3, mientras que en semifinales derrotaron a
Francia por 39-26. El tercer y cuarto puesto del campeonato fueron para Sudáfrica y Francia, respectivamente. Por su lado, Los Pumitas finalizaron en undécima posición, sólo por encima de Samoa.
Si hablamos de Nueva Zelanda, se debe resaltar la supremacía que tiene en el mundo del rugby, en todas sus categorías. Desde la creación del Mundial de este deporte en 1987, el seleccionado mayor se ha quedado con el trofeo en tres oportunidades (1987, 2011 y 2015), siendo el más ganador. Además, cuentan con seis títulos en el Sub-20 (2008, 2009, 2010, 2011, 2015 y el recientemente conseguido). Antes de 2008, cuando el formato de las categorías juveniles estaba dividido en Sub-21 y Sub-19, el equipo neozelandés había logrado cuatro campeonatos del mundo, dos en cada categoría. Si bien es otra modalidad, en el Rugby Seven también mandan los oceánicos, ya que poseen dos mundiales (2001 y 2013), junto a Fiji, y además doce títulos de Serie Mundial, complemento de la Copa del Mundo.