Diversas instituciones públicas y privadas, autores y editoriales trabajaron en conjunto para que la noche sea un éxito. Las embajadas de Francia, Grecia y Alemania también estuvieron presentes en la noche.
Para abrir el evento realizaron el tradicional corte de cintas con los colores de los países participantes. A las seis de la tarde, momento en el que se comenzaron a anunciar las actividades los organizadores empezaron a colocar carteles que indicaban que no había más entradas. El público que asistió fue variado, se vieron estudiantes universitarios, docentes, grupos de amigos y muchos curiosos que se acercaron al lugar. En 2016 la participación había sido de 35.000 personas, este año se esperaban 42.000.
El cronograma de actividades fue variado: a las 19, el filósofo esloveno Zlavoj Zizek abrió la noche con una videoconferencia llamada “Con ojos inhumanos” en la Sala Argentina. Georges Didi-Huberman, historiados y filósofo francés se presentó a las 21 y 0 horas en la Sala Federal, ambas charlas abordaron el tema de las sublevaciones y el control de la población por parte de los gobiernos. Nuevamente en Sala Argentina, a las 22, Tomás Abraham habló sobre el deseo de revolución, al mismo tiempo, en la Sala Federal Eric Sadin dictó dos conferencias (a las 22 y a la 1) en la primera analizó como la inteligencia artificial automatizó las decisiones humanas y mercantilizándonos, y en la segunda desmenuzó el advenimiento del tecnoliberalismo.
Nadie se quiso perder, a las 20, en el auditorio 441 a la doctora en Ciencias Sociales Maristella Svampa que estudió el avance humano como potencia que lleva al límite los equilibrios de la naturaleza. El francés Florent Guénard reflexionó sobre el populismo y democracia y se preguntó ¿Realmente queremos ser iguales?.
Hubo infinidad de charlas durante toda la noche que fue un éxito y ya esperan superar la audiencia de este año, el año próximo.
Micaela Pizzuto.