El Turismo Carretera fue fundado el 5 de agosto de 1937, y es hoy la categoría más antigua del mundo. “La máxima”, como la llaman habitualmente, está de fiesta y prepara para el próximo 6 de agosto en el Autódromo Juan y Oscar Gálvez, una carrera de 1000 kilómetros de recorrido, algo totalmente inusual en el automovilismo de estos tiempos, sobre todo en el nacional, donde las competencias promedio apenas superan los 100 kilómetros, y que además promete tener fabulosos invitados.
En esta extensa novela desarrollada en las ocho décadas, donde siempre ha primado el famoso y eterno duelo entre Ford y Chevrolet, el primer apellido recordado hasta el día de hoy que aparece en orden cronológico, es el de Juan Manuel Fangio, quien se coronó campeón en los años 1940 y 1941, pero el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial le cortó el envión que traía el “Chueco” hasta ese momento a bordo de un Chevrolet. En la década siguiente comenzó con la conquista de cinco títulos de Fórmula 1.
En 1947, con la guerra ya finalizada hacía casi dos años, se restablecieron los campeonatos, y a partir de ahí y hasta 1958 inclusive, los campeonatos se repartieron tan sólo entre dos hermanos, ellos eran justamente los nombres que lleva hoy el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires, Juan y Oscar Gálvez, dos verdaderos protagonistas en esta especialidad, y en este caso, defendiendo los colores del Óvalo, o sea de Ford. En los tres últimos fueron tres campeonatos para Juan, y tres subcampeonatos para Oscar. En 1948 se realizó la que quizás fue la prueba más dura en la historia de esta competencia, y fue la Buenos Aires-Caracas, una carrera desarrollada en 14 etapas, que tocó suelo de países tales como Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, y fue el vencedor Domingo Marimón, con Chevrolet, luego de que Oscar Gálvez fuera descalificado por recibir ayuda externa.
Si bien es cierto que en 1960 Juan Gálvez y en 1961 su hermano Oscar lograron lo que terminó siendo sus últimos campeonatos respectivamente, a partir de 1962 aparece otro apellido de renombre en la historia del TC, que fue quien sobresalió en la década del ’60, y se trató de Dante Emiliozzi, oriundo de la Capital Federal al igual que los hermanos Gálvez, y también a bordo de un Ford.
En 1967, otro hecho inédito hasta el momento en el Turismo Carretera, fue Eduardo Copello, que le dio el primer campeonato a Torino, tercera marca hasta ese momento en ganar un campeonato de TC. En 1970 llegó el turno de Rubén Luis Di Palma, que se consagró también con Torino. En esa misma década, otro apellido ilustre se quedó con cuatro estrellas, y fue Héctor Gradassi, pero en 1977 y 1978 Juan María Traverso apareció con dos campeonatos para Ford.
En 1981, llegó el primero para Dodge, la cuarta marca en consagrarse campeona, gracias a la obtención de Antonio Aventín. Con esa misma marca y a principios de la década del ’80, fue campeón tres veces Roberto Mouras, quien más adelante perdió la vida en una carrera. A finales de esta década, Oscar Castellano consiguió un triplete, dos con Dodge y uno con Ford.
En los ’90 reapareció Traverso, que le dio tres conquistas al Chivo y otro más al Óvalo. Ya después del 2000, el nombre que perduró fue el de Guillermo Ortelli, que con Chevrolet y hasta el día de hoy ha logrado 7 campeonatos, y es el máximo ganador con esa marca; algo que todavía puede estirar ya que está aún en actividad, y de hecho es el actual monarca de la categoría.
Seguramente las gradas estarán llenas de gente ese domingo. Muchos que hoy peinan canas es muy probable que se les piante algún lagrimón, pero el acontecimiento lo justifica.
Norberto Brotzmann