Marcos Delle Piane cree que es importante que los chicos quieran ir a la escuela y disfruten el aprendizaje. En más de una oportunidad, el artista infantil y pedagogo Luis Pescetti elogió su método de enseñanza.
Primero fue Luis Fonsi. Después un comisario de abordo. Luego el piloto. También los italianos y su parodia. Hasta Justin Bieber la cantó. Ahora es el turno de un profesor de la Patagonia.
Se trata de Delle Piane, que tuvo el ingenio de enseñar matemáticas en la Escuela 188 de San Martín de los Andes, ubicada en la provincia de Neuquén, al ritmo del hit de moda, la canción «Despacito». El maestro es muy popular entre los alumnos, y reconocido por colegas y otros especialistas en nuevos métodos de enseñanza.
Cuando la canción empezó, sin pensarlo demasiado, comenzó a bailar, y subió las imágenes a su cuenta de Facebook: fue un éxito con más de un millón de reproducciones. Hubo quien lo tomó del peor modo denigrándolo como docente, como una falta de respeto al tradicional sistema educativo. Muchos otros lo aplaudieron. Pero esto se da en un contexto complicado en la educación a nivel nacional, en crisis por los constantes paros docentes que impiden que las clases transcurran con normalidad.
Cada alumno estaba sentado en su lugar, estudiando. “Cata, una de mis alumnas, tenía el celular esta vez y ya estábamos por terminar con el problema. Ella eligió esa canción y salió. La música suena y yo voy escribiendo en el pizarrón el final del problema en el que trabajan todos. Hay algo de misterio. Es áulico, no es un desorden o un caos, están todos laburando. Pasa que me puse a bailar y me grabaron con mi celular”, detalló el maestro.
Pero este profesor patagónico tiene la costumbre de entregarle su propio celular a un alumno, con el Playlist abierto, para que durante la resolución de los problemas matemáticos los acompañe un tema. “El proceso se hace más divertido”, explicó.
Delle Piane aclara que el baile, la música y la diversión son una pequeña fracción de su clase. “Ni canto ni bailo reggaetón todo el tiempo. Hay momentos. En otros estamos en silencio, en otros contamos algún chiste o charlamos”, remata.
Lucio Castelli