Un 15 de junio pero de 2013, el Rojo vivió su peor momento en la historia. Descendió por primera vez a la B Nacional luego de perder 1 a 0 frente a San Lorenzo.
Fue el peor año de la historia para el equipo de Avellaneda, Independiente no lograba sumar de a tres, Américo Gallego tambaleaba en el puesto, los hinchas estaban más impacientes que nunca porque el equipo no ganaba y el descenso estaba cada vez más cerca. En febrero tocaba jugar contra el clásico rival, Racing Club, fue una semana muy tensa, la barra dejaba mensajes en las paredes por el predio donde entrena Independiente. El Rojo logró ganar 2-0, ese día fue muy famoso porque en la platea del Libertadores de América, los hinchas desplegaron una bandera que decía “Los grandes nunca descienden”. Con esta victoria el equipo del Tolo salía luego de un largo tiempo de los puestos de abajo. Sin embargo esos tres puntos sirvieron para nada, ya que luego el equipo acumuló seis encuentros sin ganar (tres empates y tres derrotas) y esto conllevó a la renuncia de Gallego.
El elegido para intentar arreglar este desastre fue Miguel Ángel Brindisi, restaban 10 partidos y al hincha se le despertaba una pequeña ilusión con técnico nuevo. Si bien su debut perdió frente a Atlético Rafaela, su ciclo comenzó a enderezarse cuando consiguió diez puntos de doce en disputa, (le ganó a Argentinos Juniors, Tigre y San Martín de San Juan y empató con Lanús). Tuvo muchos empates consecutivos, pero el claro golpe lo sufrió ante River Plate por la jornada 17 donde pierde por 2 a 1 en el Monumental, los hinchas manifestaron su bronca e hicieron algunos destrozos en el estadio.
En la semana previa al encuentro frente a San Lorenzo por la jornada 18, se vivió un clima de velorio en gran parte de Avellaneda. A los Diablos no le alcanzaban ni con ganar los dos partidos que le quedaban, ya que si Argentinos Juniors sacaba un punto o San Martín de San Juan ganaba un partido, el descenso era una realidad. Aquel día, el 15 de junio, el Libertadores de América estaba repleto, y si bien Ángel Correa marcó el único gol del partido a los 14 del segundo tiempo, los hinchas no insultaron al equipo. El estadio fue un mar de lágrimas, era la primera vez que Independiente descendía, y aunque el Rojo se haya ido a la B Nacional, no va a dejar de ser nunca uno de los equipos más grandes del fútbol argentino.
Autor: Hernán Salanitro. 2ºA.