A pesar de los 20 mil kilómetros de distancia que separan a Tokio de Buenos Aires, Japón parece estar más cerca que nunca. Se podrá culpar a los cómics, a los dibujitos animados, a los autos, etc. Sin embargo, el país asiático siempre resultó cerca para los argentinos desde sus productos, pero lejana como destino turístico.
Y aunque todavía se trate de un microclima o una tendencia que apenas comienza a asomar, es cada vez más frecuente encontrarse con algún conocido que haya visitado las tierras niponas. Las cifras confirman la tendencia. Según datos de almundo.com, el crecimiento de Japón como destino es del 50% en los primeros cinco meses de 2017 en relación con 2016.
El 40% de los pasajes comprados este año son para el período septiembre-noviembre, el otoño japonés, una de las mejores épocas para conocer la isla, la otra, entre marzo y mayo. Aún así, los operadores turísticos recomiendan evitar la última semana de abril y la primera de mayo, porque es cuando los japoneses vacacionan y todo se encarece.
Un pasaje a Tokio no resulta mucho más caro que a otros destinos tradicionales, ya que por alrededor de 15 mil pesos, se puede viajar con Delta vía Estados Unidos (requiere visa norteamericana). Otra opción es viajar vía Auckland con Air New Zealand, que no requiere visado y cuesta alrededor de 1100 dólares (contiene múltiples promociones).
Para viajar a Japón no es necesario gestionar visa alguna, aunque la estancia máxima como turista es de 90 días. De hecho, en el Consulado del Japón -conscientes de este nuevo interés turístico- cada vez reciben más consultas de futuros viajeros. Viajar a Japón es similar a un viaje en el tiempo: al futuro cuando se llega a Tokio (+12 horas) y al pasado cuando se vuelve a la Argentina y se recupera la diferencia horaria.
Santiago Nicolas Carullo