El seleccionado neozelandés de rugby, los famosos All Blacks, fue galardonado con el premio Princesa de Asturias a los deportes y de esta manera suman otro reconocimiento a nivel mundial.
Sin dudas, desde hace ya varios años, Nueva Zelanda se convirtió en el gran exponente a nivel mundial y la selección por excelencia del rugby. Dueños de la corona en el primer Mundial organizado en 1987, y campeón del mismo consecutivamente en las últimas dos ediciones, crean una hegemonía neozelandesa temible. A esto se pueden sumar las once conquistas entre el ya antiguo Tres Naciones y el actual Rugby Championship, y las más 50 de victorias cosechadas, que ponen a los vestidos integramente de negro, por lejos, en la cima de las estadísticas. Todo esto, sumado a un sinfín de motivos, llevó a que el conjunto de Oceanía sea distinguido con este prestigioso premio.
El propósito de dicha organización, que comenzó en 1981, está destinado a distinguir labores científicas, culturales, sociales y humanas realizadas por personas, grupos o instituciones a nivel internacional. Así, es denominado como el mayor reconocimiento en España. Desde 1987 también está dirigida a los deportes, última categoría en sumarse a los galardones.
“La persona, institución, grupo de personas o de instituciones que, además de la ejemplaridad de su vida y obra, hayan conseguido nuevas metas en la lucha del hombre por superarse a sí mismo y contribuido con su esfuerzo, de manera extraordinaria, al perfeccionamiento, cultivo, promoción o difusión de los deportes”. Esa es la premisa principal para la designación del premio que han recibido figuras de alta incidencia histórica en los deportes.
Juan Antonio Samaranch en 1988 (presidente del Comité Olímpico Internacional entre 1980 y 2001), Javier Sotomayor en 1993 (mítico atleta cubano de altura, con récords mundiales vigentes en su haber), Lance Amstrong a comienzos de siglo (máximo ganador del Tour de France, con una gran lucha contra el cáncer), la selección brasileña de fútbol en 2002 (campeón mundial del año, con el mote de llevar la alegría al deporte), Michael Schumacher en 2007 (múltiple campeón de F1, hoy luchando por su vida) y los españoles Paul y Marc Gasol en 2015 (figuras de la NBA) son algunos de los grandes nombres entre los que se metieron los All Blacks, los dueños de poner el nombre del rugby por primera vez entre la entrega de los premios.
“Su altísimo porcentaje de victorias los sitúa entre los equipos más exitosos de cualquier deporte. Esta selección además está considerada un ejemplo a la integración racial y cultural, la cual contribuyó a la unidad de neozelandeses de diferentes origen, simbolizado en el haka”, declaró Abel Antón, ex atleta español y presidente del jurado en conferencia de prensa donde se comunicó que se les otorgaba el premio a quienes utilizan la danza maorí antes de cada encuentro..
Con esta premiación la selección neozelandesa de rugby superó las barreras del deporte, donde hace siete años es elegida como la mejor de cada temporada y posee decenas de jugadores en el salón de la fama, para meterse en la retina de todos los amantes del espectáculo como un símbolo indomable de la fuerza, la autosuperación y el presente sentimiento de pertenencia hacia la unión para el logro de objetivos.
Autores: Enzo Berón, Tomás García Catalini e Ignacio Quiroga.
2do A, turno tarde.