En octubre se cumplirán 10 años de un hito que cambió al rugby argentino, que cambió el sentimiento por la camiseta. El 19 de ese mes, Argentina obtenía un podio en un Mundial de este deporte por primera vez en la historia, al vencer a los locales (por segunda vez) en el cruce para obtener la medalla de bronce con un resultado contundente de 34-10.
Los Pumas habían integrado el Grupo D con Francia, Irlanda, Georgia y Namibia. En los papeles previos un grupo sumamente complejo. Pero las lágrimas y la euforia al escuchar el himno en la apertura del Mundial, debutando ante el local, fueron más que un equipo europeo favorito a quedarse con la corona. En un partido emocionante en todos los aspectos, los dirigidos por Marcelo Loffreda aquella vez vencieron a la poderosa Francia por 17-12. Este fue el inicio de un camino con algo impensado para el ambiente del rugby, una epopeya a nivel mundial, una hazaña que cambiaría el pensamiento de las potencias cuando se tuvieran que enfrentar a esos 15 jugadores que emocionaron a todo un país.
Luego de ese magnífico triunfo había que poner los pies sobre la tierra y cerrar la fase de grupo con grandeza y ocupando el primer puesto, para así evitar a los All Blacks en la siguiente ronda. Dicho y hecho, Los Pumas vencieron 33 a 3 a Georgia, luego apabullaron por 63 a 3 a Namibia y por último, borraron a otro equipo europeo, Irlanda, por 30 a 15.
De esta manera, pasaron primeros y en cuartos de final debieron enfrentarse a otro conjunto del viejo continente, Escocia. En un partido sucio, trabado, con poco juego de manos, Argentina ganó tras un excelente partido del apertura, Juan Martín Hernández, que con su exquisita patada llevó a un grupo de «guerreros» a su primera semifinal de un Mundial de Rugby. Fue victoria albiceleste por 19 a 13.
En las semifinales, hubo que enfrentar al que finalmente fue el campeón del mundo en ese mismo torneo, Sudáfrica. Tras una serie de errores, producto de los nervios y la tensión de Los Pumas, y el oportunismo de los Springboks, estos resolvieron el partido con comodidad, y acabaron con el sueño dorado de todo el continente americano. El 37 a 13 final para los sudafricanos refleja claramente las diferencias entre ambos seleccionados.
Pero otra vez, en una lucha cuerpo a cuerpo para ver quien se subía al podio, Argentina volvió a enfrentarse a Les Bleus. Este encuentro, marcó el poderío y un camino exitoso, que se cerraba de la mejor manera, al vencer por segunda vez en un mes a los locales. Fue una paliza, 34 a 10. Los franceses estuvieron irreconocibles, noqueados ante la garra argentina que en ese partido marcaron por primera vez 5 tries en su historia mundialista.
El plantel que se colgó la de Bronce y que hizo llorar y suspirar a millones de argentinos estuvo compuesto por: Manuel Contepomi, Ignacio Corleto, Horacio Agulla, Lucas Borges, Felipe Contepomi, Gonzalo Tiesi, Federico Todeschini, Patricio Albacete, Nicolás Fernández Miranda, Juan Martín Hernández, Federico Aramburú, Agustín Pichot, Hernan Senillosa, Federico Serra Miras, Rimas Álvarez, Marcos Ayerza, Martín Durand, Ignacio Fernández Lobbe, Juan Martín Fernández Lobbe, Santiago Bonorino, Omar Hasan, Mario Ledesma, Martín Scelzo, Martín Schusterman, Alberto Basualdo, Juan Manuel Leguizamón, Gonzalo Longo, Esteban Lozada, Lucas Ostiglia y Rodrigo Roncero.
El goleador argentino en el Mundial fue Felipe Contepomi, con 91 puntos a 14 del goleador sudafricano Brian Habana.
Autores: Barrese – Córdoba – Schwartzman – 2do A