A poco de nacer, los bebés a veces son tan pequeños que uno siente que caben en la palma de una mano, pero cuando Matthew Riddle III llegó a este mundo sorprendió a todos: realmente era del tamaño de la mano de su padre y pesaba menos de medio kilo.
Cuando su madre Jenevieve Cook tenía 28 semanas de gestación, los doctores se percataron de que Matthew Riddle III no crecía de forma adecuada en el interior de su vientre y decidieron inducirle el parto. Al nacer, el pequeño fue diagnosticado con una extraña condición llamada enanismo microcefálico osteodisplásico primordial tipo II y tuvo que pasar sus primeros 98 días de vida en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales.
Antes de recibir el diagnóstico, los doctores le dijeron a los padres de Matthew Riddle III que su cerebro había dejado de crecer y que no le quedaba mucho tiempo de vida. Sin embargo, tres meses después la condición del pequeño mejoró y su pronóstico ahora es más esperanzador.
“Nos dijeron que Matthew podrá caminar, hablar, ir a la escuela, todo lo que puede hacer un niño normal, con la diferencia de que será extraordinariamente pequeño”, indicó su madre Jenevieve a la emisora WLKY de Louisville, Estados Unidos.
Cuando todos ven a Matthew Riddle III, muchos asumen que es un recién nacido debido a su minúsculo tamaño pese a que ahora tiene 7 meses y pesa casi 2 kilos. Y debido a que es tan pequeño, la mayoría de su ropa proviene de muñecos y de osos de peluche.
Si bien las cosas se ven mucho mejor para Matthew Riddle III en comparación a sus primeros días en el hospital, al pequeño le aguarda un largo camino lleno de visitas a hospitales y cirugías, como a la que se sometió recientemente para ayudarlo a prevenir los paros y convulsiones que sufre.
Tiago Ciale y Joaquín Vázquez