Este fin de semana, en Roma, el alemán Alexander Zverev derrotó por 6-4 y 6-4 al serbio Novak Djokovic y se consagró campeón de su primer ATP Masters 1000. Con este triunfo, se trepó hasta el puesto 10 del ranking mundial y es, junto al austríaco Dominic Thiem, al francés Lucas Pouille y al australiano Nick Kyrgios, el único jugador de menos de 25 años ubicado entre los mejores 20 jugadores del mundo. Incluso, en el ranking de los 40 mejores, sólo se agregan al grupo de «jóvenes» Bernard Tomic (Australia) y Borna Coric (Croacia) en los puestos 39 y 40, respectivamente. Y la búsqueda se puede extender a los mejores 50, sólo para encontrar a Diego Schwartzman (Argentina, 41), Ryan Harrison (EEUU, 42) y Kyle Edmund (Gran Bretaña, 50).
El promedio de edad entre los mejores 15 es de 28 años, con un pequeño gran detalle: Murray, Djokovic, Wawrinka, Nadal y Federer, los 5 mejores jugadores del mundo, tienen de 30 años para arriba, algo inédito en la historia del ranking ATP. Por eso no sorprende que el promedio de edad entre los mejores del 2009 era de 23 años: no es que haya habido un cambio radical en las formas de jugar al tenis ni en los dominadores del deporte, sino que hace casi una década que el circuito está dominado por los mismos nombres.
Esta generación de jugadores desplazó a los históricos en la primera década del siglo XXI y sigue vigente. Ayudados por la falta de nombres capaces de hacerles frente, siguen haciendo de las suyas. Federer dominó el mundo tenístico durante 5 años, entre 2004 y 2009. Nadal lo desplazó al año siguiente, y Djokovic tomó la cima a finales de 2011. Sin ser tan renombrado ni vistoso, en 2016, Andy Murray cerró el póker de figuras. Este 2017 no empezó bien para el británico, que ganó un sólo título en lo que va del año. El serbio está volviendo a su nivel tras un comienzo con tropiezos, y tanto el suizo como el español son los mejores del 2017, con 3 títulos cada uno.