El proyecto “Deslizate”, que surgió hace cuatro años impulsado por dos jóvenes emprendedoras porteñas y se llevará a cabo en las próximas semanas en el barrio de “Fuerte Apache”, se trata de talleres prácticos en donde niños y jóvenes con un alto nivel de vulnerabilidad aprenden a construir su propia patineta, es decir, su herramienta de juego. Para financiar este proyecto, se comercializan los skates hechos a mano con diseños únicos a través del sitio de Deslízate. Además, cuentan con distintas empresas que cubren otros gastos.
Sofía Piqué, una de las creadoras del proyecto, aseguró que el skate es una excusa para que los chicos aprendan un oficio, ejerciten el arte, y para que se empoderen viendo lo que ellos pueden construir con sus propias manos. También confesó que eligieron el skate porque patinar “tiene varias cosas que lo hacen muy atractivo para los chicos”.
Conjuntamente a las declaraciones de Piqué, Josefina Goñi, directora de Propósito del Dialogo, explicó con más profundidad sobre el origen de este taller: “Deslízate surgió gracias a que nosotros hacíamos el deporte y se nos rompían muchas tablas; pensamos de qué manera poder construir nuestras propias patinetas y desarrollamos este producto. A raíz de eso pensamos que estaba bueno que todo aquel que desarrolle o quiera desarrollar este deporte pueda construir su propia tabla y empezamos a desarrollar estos talleres».
El emprendimiento que hace varios años viene llevándose a cabo en distintos barrios de Tierra del Fuego y de la Ciudad de Buenos Aires se desarrolla durante estos días en el barrio “Ejército de los Andes” de la localidad bonaerense de Ciudadela, más conocido como “Fuerte Apache”, y se extenderá por seis semanas más.
A pesar de que este proyecto busca principalmente la inclusión social en aquellos adolescentes con recursos más bajos, también tiene una gran iniciativa ecológica debido a que dichas patinetas son confeccionadas con descartes de madera proveniente de bosques nativos reforestados de Tierra del Fuego. Hasta el momento se recuperaron 600 kilos de madera de lenga.
Por último, cabe recordar que durante estos cuatro años ya se construyeron más de 260 patinetas, las cuales se venden en el mercado por una marca de skates y el 35% de las ganancias es destinado a estos talleres.
Marcos Roncaglia