El gobierno ruso, en contrapunto con el anuncio de los Estados Unidos de tener la “madre de las bombas”, a través de su presidente Vladimir Putin expresó al mundo que su estado posee al “padre de todas las bombas”.
Nuevamente los países mas poderosos del mundo son noticia, como lo fueron durante el siglo pasado con la famosa “Guerra Fría” que dividió al globo terráqueo. Estados unidos, con Trump a la cabeza, atacó al frente islámico ISIS en Afganistán con un explosivo no-nuclear que jamás hayan tenido en cuanto a potencia y destrucción. Si bien se sabe de la mala relación que hay entre ambos países, sobre todo desde la llegada del excéntrico mandatario, ésta declaración del gobierno ruso pareciera ser una “mojada de oreja”, como se dice vulgarmente, para acaparar protagonismo en esta lucha de egos.
El panorama es el siguiente: desde el lado europeo afirman que la bomba no-nuclear puede hacer mucho más daño que la utilizada por los norteamericanos en la última semana. Otra clave es que este explosivo ha sido probado hace 10 años atrás por los militares rusos y explicaron que este tipo de bomba se detona en dos etapas: una pequeña explosión crea una nube de material explosivo que luego se enciende, generando una onda devastadora y una temperatura muy alta.
Desde que asumió Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, los conflictos han aumentado de manera notable y el mandatario norteamericano ha liderado cuatro bombardeos en solo tres meses. Al lanzamiento de la mayor bomba no-nuclear que posee Norteamérica se suman los ataques en Siria y Yemen. Por otro lado, Rusia, Siria e Irán realizaron una última advertencia a los Estados Unidos expresando que no aceptan más bombardeos, pero Trump demuestra no tenerle miedo a nada. Ante este panorama, se corre el riesgo de que se produzca una tercera guerra mundial, generando un gran temor en el mundo entero.