La Universidad Minerva fue creada por el empresario estadounidense multimillonario Ben Nelson hace cinco años atrás, debido a la problemática existente entre lo que estudiaban los alumnos y lo que pretendían las empresas que ellos aplicaran en el campo laboral. Su objetivo es formar a los mejores profesionales del mundo a través de clases dinámicas e interactivas tanto presenciales como online, que se llevan a cabo en varias ciudades, como San Francisco, Berlín, Londres o, ahora, Buenos Aires.
En cuanto a la modalidad educativa de la universidad, se utiliza la idea de “aula invertida”, la cual se basa en que los alumnos estudien y hagan trabajos prácticos fuera del ámbito educativo para luego debatirlo en el aula, exponiendo sus habilidades y herramientas adquiridas con lo practicado anteriormente. Las clases tienen una duración de 90 minutos y los docentes se adaptan a un libreto ya armado por la facultad, después de haber pasado una capacitación rigurosa para poder guiar a los alumnos. Otra de sus características es que los estudiantes cursan en una ciudad distinta cada semestre durante cuatro años.
«Quien enseña en Minerva tiene que tener pasión por enseñar, porque el nivel de preguntas y demanda de los alumnos es mucho más grande que en otras instituciones», aseguró Alex Aberg Cobo, director ejecutivo de Minerva para América Latina en una entrevista con el diario La Nación. A su vez, lo mencionado por el directivo posibilita a que no se evalúe a los alumnos a través de los parciales: «Los profesores tienen una cantidad enorme de datos de cada uno. Entonces, no hay un examen formal, pero sí muchísima información con la que evaluar la performance de cada alumno», concluyó Aberg Cobo.
Pese a los pocos años que lleva en el mercado educativo, Minerva se posiciona como una de las “universidades del futuro”, ya que su modalidad de enseñanza dinámica y moderna la ubica entre las mejores opciones para los que deseen tener una formación académica diferente a la convencional. No obstante, el costo de cursar en ella -la mitad de una mensualidad en Harvard- también es un dato no menor, que influye a la hora de escoger una facultad, sobre todo para el público que puede acceder a este tipo de universidades.
Juan Manuel Meza