Hace 23 años, un 1° de Mayo, fallecía uno de los mejores pilotos de la historia y el mejor de Brasil, reconocido por sus mismos compañeros. Este pasado 21 de marzo Ayrton Senna, hubiese cumplido 57 años, si no fuese por el accidente que ocurrió mientras participaba en el Gran Premio de San Marino, durante la carrera en el Autódromo Enzo y Dino Ferrari. Su sorpresiva muerte conmovió a todo el mundo del automovilismo, fundamentalmente a Brasil, su país de procedencia.
Ayrton Senna nació en la ciudad de San Pablo y sus padres jamás planearon inculcarle ser piloto de autos, sin embargo a los 6 años su padre le construyó un karting equipado con frenos a disco y un motor que le permitía alcanzar una velocidad de hasta 60 km/h. Este pequeño automóvil sería para los padres sólo un juguete, pero para Senna fue tan importante que, a los 13 años, participó de su primera carrera. Si bien cursó estudios empresariales, siempre se inclinó por las competencias automovilísticas, que lo llevaron a ser el número uno en su disciplina.
El piloto fue tres veces campeón del mundo de Fórmula 1 y sigue siendo uno de los más exitosos conductores de la era moderna y para muchos expertos, el más rápido de la historia. Fue reconocido principalmente por su técnica extraordinaria y muchas veces ambiciosa. Compitió para los equipos Toleman, Lotus, McLaren y Williams, y ganó el campeonato de mundo en 1988, 1990 y 1991.
Su principal rival fue el piloto francés Alain Prost (ganador de 4 títulos de Fórmula 1) durante gran parte de su carrera, incluyendo los dos años que fueron compañeros de equipo en McLaren.
El corredor falleció luego de un fuerte choque sufrido en la curva de Tamburello. Una varilla de la suspensión del vehículo atravesó la visera de su casco y provocó una fatal herida en su cabeza. Un helicóptero trasportó a Senna al hospital, donde los médicos no pudieron salvarle la vida.
Ese mismo fin de semana hubo otra tragedia y un accidente serio que podría haberle causado la muerte a un automovilista. El fallecido fue el austriaco Roland Ratzenberg, mientras practicaba en esa pista, y el accidentado, el joven Rubens Barrichello, también brasileño, que fue retirado inconsciente de su auto pero pudo salir con vida.
Cinco días después de su muerte y en su ciudad natal, más de 200.000 personas acompañaron sus restos durante el trayecto hasta el cementerio de Morumbí, demostrando admiración y respeto. Por otro lado, la armada especial de la Fuerza Aérea homenajeó a Senna en el cielo y una guardia de honra acompañó el acto con unos minutos de silencio. Fue la primera y mayor manifestación de dolor registrada en Brasil durante toda su historia por un ciudadano sin cargos oficiales. Su muerte motivó tres días de luto en Brasil; la primera curva del Autódromo José Carlos Pace, de su ciudad natal, fue bautizada con la letra inicial de su apellido; además cuenta con numerosos monumentos, clubes de fans y recuerdos por todo el mundo.
Agustín Edmunds